Recuperando la infancia perdida. {Afrodita y Jake}

por **Victoria Mustaine** Lun Mar 14, 2011 6:02 am

Había salido del hotel dejando a Jake durmiendo. Todavía estaban las cosas un poco tensas entre nosotros por aquel episodio dentro de un local, con el vendedor. Si bien entendía por qué Jake estaba así de enojado con lo que había pasado, me molestaba y mucho, que no entendiera que yo no había hecho nada. ¿El tipo se había desubicado conmigo y era yo la que tenia la culpa? No, no era así. Si se hubiese quedado en el molde sin hacer nada unos segundos mas, hubiese visto como le desfiguraba la cara a ese idiota y se hubiese dado cuenta que yo no había hecho nada, pero no, yo era la que se la pasaba provocando hombres, yo era la que no lo amaba suficiente y la que se iba con el primero que encontraba.

La verdad era que me dolía que pensara que yo era capaz de hacer algo que implicara engañarlo. Como si después de veinte años no le hubiese demostrado cuanto lo amaba y que si no me interesaba, tranquilamente podría haberme ido con otro, años atrás. Cuando me hacia esos planteos simplemente no podía creer lo tan pelotudo que podía llegar a ser. Él había sido el único hombre sobre el cual no había usado mis poderes para que se quedara conmigo, por lo menos no del todo -solo la parte que no podía evitar usar- y él simplemente no lo podía entender y ahora me hacia dudar de si solo me amaba por ser hija de la diosa del amor y la belleza o si me amaba porque podía llegar a ver quien era yo realmente.

Suspiré pesadamente intentando alejar esos pensamientos de mi cabeza cuando llegué al centro comercial. Comprar ropa siempre me ayudaba a relajarme y para mí, ir de compras era una de las mejores terapias. Luego de recorrer unos cuantos locales y comprar unas cuantas cosas, se me antojo comer chocolate. Comer cosas dulces también eran lo mejor que podía hacer un día tan deprimente como lo era aquel. Caminé con todas las bolsas en la mano en busca de algún lugar donde vendieran chocolate algo por el estilo. Cuando encontré, compré una caja bastante grande de bombones y busqué una mesa libre donde poder acomodarme. A penas me senté, vi a lo lejos una mujer hermosa, demasiado hermosa. Permanecí mirándola unos instantes pensando que no era normal que una mujer fuese tan bella como lo era aquella señorita. Mientras me llevaba un bombón a la boca, fruncí levemente el seño todavía fijando mi mirada en esa persona. Me puse de pie y, por alguna razón que no podía explicar, empecé a acercarme a ella. Allí fue cuando una idea, bastante loca, se me cruzo por la cabeza. ¿Qué mujer podía tener a todo el bendito centro comercial mirándola, ser tan hermosa y tan atractivamente hipnotizante.?

Mi mandíbula cayó y mis ojos se humedecieron, haciendo que no pudiera pensar. La garganta se me cerró, impidiéndome hablar claramente. Lo único entendible que salio de mi boca fue un simple...- ¿Mamá?- Murmuré una vez que me encontré frente a ella y su mirada correspondía a la mía.