Exactamente... ¿Por que...?{Lilith}

Entonces, Odiseo tapó los oídos de sus compañeros con cera para evitar oír el cantar de las sirenas que... La imagen de Lilith me vino a la mente un segundo, despistando y haciendome perder el punto de la Odisea. Parpadeé un par de veces, confuso, y volví a seguir leyendo En cambio, él se ató en el palo mayor y escuchó su maravilloso canto que le recordaba a su amada... De nuevo, la imagen de Lilith me despistó.

Lo reconozco, llevaba bastantes días pensando en ella. Des de que la conocí en la pequeña fiesta, y luego en el cine con Alyona... Se me aparecía en sueños y venía a mi mente de vez en cuando. Tan bella, tan linda, tan... con sus preciosos ojos, con su cabello...

Me di cuenta de que debía tener una cara de imbécil digna de ver, así que me levanté, y en la mesa vi el celular. Dudé un segundo, pero entonces lo cogí y llamé a Lilith. La invité a ir a la playa. No se de donde me salió, supuse que ya no aguantaba más. Me sentía algo avergonzado, pero ella había aceptado y la quería ver...

Era otoño, así que no era muy plan de bañarse, pero me cogí unas toallas y un bañador por si acaso. Las metí en mi mochila y fui hacia la playa, algo nervioso, sin acabar de entender la razón de que pensara tanto en esa chica que había despertado mi curiosidad... ¿Porqué? ¿Quien? ¿Cómo?

Llegué a la playa, estiré una toalla y me tumbé en ella, esperando a que llegara, mientras observaba las nubes del cielo, confuso.

Estaba metida en mi cuarto oscuro, totalmente aburrida, revelando las fotos que había sacado un par de días atrás. Como era de costumbre, esta era la parte más fastidiosa del proceso. Si bien me encantaba sentir esa sensación que me daba saber que de principio a fin esas fotos eran totalmente mías, me aburría demasiado tener que esperar para pasar el negativo del baño retenedor, al fijador, del fijador pasar al lavado, secado y luego volver a empezar con todo el bendito proceso de ampliado, que llevaba su otra buena media hora.

Me tire sobre el colchón que tenía en aquel cuarto, que había preparado cuando había armado mi pequeño laboratorio, porque sabía que esto era embolante. Estaba mirando el techo, esperando que la alarma sonara para decirme que por fin había terminado de revelar mis fotos, cuando mi celular empezó a sonar. Miré la pantalla y al leer que era Chris, una sonrisa se formo en mis labios.
Mordí mi labio inferior, sintiéndome estupidamente feliz por escucharlo invitarme a la playa. Terminé de colgar las fotos para que se secaran rápidamente y tome mi bolso junto con las llaves, para salir hacia la playa.

Cuando llegué, dejé el casco colgado en el manubrio de la moto. Vi a Chris recostado sobre una toalla unos metros más allá y me acerque a él. Le dediqué una media sonrisa y le hable corriendo el pelo de mi rostro y dejándolo detrás de mi oreja. – Hey! ¿Cómo estas? – Era estupido pero desde que lo había conocido en la fiesta, cada vez que lo veía, se me formaba una sonrisa en el rostro. Me arrodillé sobre la arena a un costado de él y mientras me descolgaba el bolso del hombro y lo dejaba a un costado volví a hablarle. - Me sorprendió que me llamaras. - Dije manteniendo la sonrisa.

Seguí observando las nubes y vi que hacían pequeñas formas. Divertido, empecé a imaginarme que eran diferentes personajes de una historia, olvidando mis preocupaciones por unos minutos, pero cuando oí la voz de Lilith detrás de mi se me olvidó todo. Solo pude sonreir e incorporarme un poco para poderla ver. Le sonreí y me hice a un lado, haciendo un hueco para que se pudiera sentar a mi lado si así lo quería.

-Me aburría demasiado en casa y se me ocurrió llamarte- Mentira, no me aburría, estaba leyendo, que era una de las cosas que más me gustaba, pero... necesitaba verla...-Estoy bien, ¿Y tu?

Me giré y miré al mar, con la mirada algo perdida. Escuchando el vaivén de las olas y esperando la respuesta de Lily. Estaba algo nervioso, lo reconocía. Pero no lo demostraba. Des de fuera parecía bastante tranquilo. Muy tranquilo.- Te parece bien que te haya invitado a la playa, ¿No?- pregunté, alzando una ceja y volviendo a dirigir mi mirada hacia ella.

Me sentirá... Rara. No era mi costumbre sentirme así, mucho menos con algún chico. Gracias a mamá y sus poderes que había heredado de ella, sabia que era lo que debía hacer y como hacer que cualquier hombre que quisiera se interesara en mi, pero esto, por alguna razón, era diferente. Tal vez porque quería que se interesara en mi de verdad. – Bien, todo bien...- Dije despreocupadamente mientras me acomodaba a su lado, en el lugar que me había hecho.
Él perdió su mirada en el mar y yo, como era mi mala costumbre, permanecí mirándolo fijo. Era un habito feo que tenia, que llegaba a incomodar, y bastante, a muchas personas. Aparte la mirada al darme cuenta y sonreí levemente al escucharlo. Por supuesto que me parecía bien que me haya invitado a la playa. - Si... – Me encogí de hombros manteniendo la sonrisa y mire hacia el mar. Me encantaba venir a la playa, mas en otoño, cuando no había tanta gente y estaba mas desolada. – Seguramente porque era mucho mas lindo sacar fotos así . - Y me gustaba mucho más que él me haya invitado a venir. – Me encanta la playa. Es uno de mis lugares favoritos de Vermont. – Dije mientras flexionaba las piernas y me desataba las zapatillas. – Más en esta época, que no hay casi nadie, y es lindo para venir a sacar fotos. – Comenté mientras me sacaba las zapatillas. Las dejé a un lado y sonreí levemente empezando a jugar con los pies en la arena. Me gustaba la sensación que me daban los granos de arena en mi piel.

Respiré profundamente y giré la cabeza para mirarlo, mientras me abrazaba las piernas. – Así que... Tenes una hermana, Sally, Rose es tu prima y conoces a mi papá... Algo más que deba saber? – Pregunté con una leve sonrisa para sacar algún tema de conversación para no parecer tan idiota o loca, mirándolo.

Se sentó a mi lado y Sonreí, sin saber muy bien que hacer. La observé mientras miraba al mar, y tuve el impulso de alzar la mano y acariciarle el rostro, pero me controlé. ¿Por qué? Me sentía confuso por los sentimientos que me invadían cerca de ella, no solía sentirlo. Me rascaba la cabeza, algo avergonzado por lo que casi había hecho.

-La playa... A mi me gusta muchísimo. Bañarme y el agua... bueno, y la arena también.- No sabía como explicar, era descendiente de Poseidón, así que suponía que era algo normal... Alcé una ceja, sorprendido ante lo que me dijo. La observé de nuevo.-¿Te gusta fotografiar?- Me gustaba saber cosas de ella, tenía la impresión de que cuanto más supiera de ella mejor. Conociendo a su padre, casi lo conocía todo, pero habían detalles que se me iban...

Agradecí que sacara temas de conversación, más que nada, por que así podía mirarla sin que pareciera estúpido.-Venga, yo te digo la verdad sobre mi vida si tu me cuentas sobre tu madre, que no se nada de ella. Y te aviso que mi historia es laaaarga y interesante.- Le guiñé un ojo mientras esperaba su respuesta.

Sonreí levemente y asentí con la cabeza antes de mirar hacia el mar. Amaba sacar fotos. Me sentía algo cursi pensando que la fotografía era la forma más hermosa de ver el mundo, de expresar los sentimientos o las cosas que pasaban por la cabeza de uno en un momento determinado, pero así me sentía ante ello. Además de que con una sola foto, que tomarla solo ocupaba un par de segundos, un momento, sea el que fuere, lindo, feo, increíble, podría perdurar por siempre.
Me encogí de hombros y apoye el mentón en mis rodillas mientras le hablaba. – Me encanta. – Suspiré y giré la cabeza para verlo con una leve sonrisa. – Este año empecé con la carrera de fotografía. – Volví a perder la mirada en el horizonte al sentirme, una vez más, como una nerd por estudiar dos carreras a la vez.

Reí entre dientes al escucharlo y baje un poco la mirada cuando lo vi guiñarme un ojo. Ok, tenia que dejar de hacer eso si no quería parecer una tarada. – ¿Mi mamá...? – Me encogí de hombros mientras pensaba que le podía contar de mamá. – Se llama Victoria, es semidiosa también, como Jake. Hija de Afrodita. El papá se murió cuando ella tenia 16, creo... – Apreté los labios un poco y lleve una de mis mano a mi boca para morderme las uñas. – Siempre hacia eso cuando pensaba.- ¿Que más podía contarle?... – Es cazadora como papá. De hecho se conocieron en una cacería. Mi papá haciéndose el héroe y mamá con su ego, tratando de meterse con cosas más grandes que ella. - Sonreí un poco y negué levemente con la cabeza. Mamá había veces que se creía que nada le pasaría y así terminaba. Y papá corriendo atrás de ella para que no le pasara nada. La historia de ellos había sido muy de película romántica, cursi. – Al igual que casi todos los días de sus vidas. - Siempre que pensaba en ellos me imaginaba a mamá indefensa y papá yendo al rescate. Una imagen que me resultaba demasiado graciosa. – Creo que después Jake se fue al campamento y mamá siguió cazando. Se volvieron a encontrar, se casaron, al tiempo tuvieron a mi hermano y un año más tarde a mí. – Le dedique una sonrisa antes de volver a mirar hacia el mar y encogerme de hombros. – Ahora los dos tienen una tienda, donde venden cds, libros y todo eso en Dallas... Prácticamente me crié ahí adentro, leyendo, escuchando música... – Me encogí nuevamente de hombros. Giré para mirarlo y le sonreí a medias antes de hablar. – Ahora me tenes que contar tu historia. – Extendí las piernas y lleve mis manos a las rodillas para estirarme. – Tengo para dedicarte toda la tarde y un poquito más, para escuchar tu historia. - Sonreí a medias y le di un empujoncito suave con mi hombro. Permanecí mirándolo esperando que me contara su historia. Y si, me generaba mucha intriga saber de él, su vida, que le gustaba, que no...

Bajó la cabeza cuando le guiñé el ojo y pensé que quizás le había molestado. Me sentí un poco mal, pero ella empezó a explicar cosas sobre su madre y yo la escuchaba. Así que su madre era hija de Afrodita. Sonreí al imginarme a Jake persiguiendo a una Lily mayor. Escuché que se crió en una tienda de cds, y sonreí. Mi padre tenía una tienda de música, quizás le gustaría ir allí alguna vez.

-Bien... mi historia... Empezaré por mi madre, si no, será demasiado complicado- Sí, si lo explicaba de otra manera, sería demasiado.-Mi madre es semidiosa, Lizmee Avery, hija de Poseidón. En cuento mi abuela se lo contó la envió al campamento de cabeza, donde... Bueno, donde encontró a mi padre. Mi padre aquí se hace llamar Robert Avery para no llamar la atención, pero en realidad es el titán de la astucia y el engaño, el ladrón del fuego divino, el creador de los humanos etcétera etcétera, llamado Prometeo.- Miré al mar. Intentando pensar en como seguir. Hasta ahí la historia era complicada... y también lo era a partir de ahora.- Bien. Mi madre y mi padre se enamoraron. Mi madre tenía... y sigue teniendo, si no me equivoco, cierta tendencia a ser secuestrada. Era inocente, sensible, y no solía desconfiar de los demás, entonces la solían secuestrar. En uno de esos secuestros... Cronos la estuvo a punto de asesinar, así que mi padre le cedió la inmortalidad. De ahí que la chica que vive en mi casa, de la misma edad de Sally, es mi madre que se quedó como si fuera una adolescente por la eterna juventud que da la inmortalidad.

Bien. Mi madre y mi padre tubieron un pequeño desliz un día cuando ella aún tan solo tenía 16 años, y de ese desliz, salí yo. En medio de la guerra. Mi madre se asustó mucho, ya que no quería que me pasara nada malo... así que un amigo suyo, semititán, hijo de Cronos, me aumentó la edad hasta los quince años, de manera que tenía a penas meses, pero aparentaba 15 años.- Recordaba esa época. La gente me miraba bastante extrañada, y yo me sentía bastante nuevo.-No tuve infancia. No empecé a crecer hasta que tuve de verdad los quince años. Así que solo hace cinco años que estoy creciendo, y me resulta extraño aún. Entre tanto, nació mi hermana, el campamento se fue al traste y nos tuvimos que mudar a aquí a refugiarnos. La observé de nuevo y le sonreí.-Te dije que era larga

Lo escuche atentamente, mientras me contaba su historia y no pude evitar asombrarme. Arqueé ambas cejas mientra trataba de ver si había entendido. Ok, su mamá Lizmee es hija de Poseidón y por ser muy naif la raptaban mucho. -¿Eh?¿Y para qué la raptaban? ¿Por ser inocentona raptan a alguien? – Su padre era Prometeo, que ahora es mortal, y se llama Robert Avery, porque le paso su inmortalidad a Lizmee para que Cronos no la matara. Ahora su madre no envejecía y tenía el aspecto de una adolescente. – Ok, eso lo entendía. Un poco... –
En cuanto a él toda su vida había tenido quince años, excepto estos últimos cinco años. Por ende no había tenido infancia. Permanecí mirándolo a los ojos pensando que se debía sentir vivir toda tu vida con quince años.

Reí por lo bajo y haciendo un gesto con las cejas, le di a entender que si; era bastante larga... - Y complicada. – Volví a reír y apoye mi mejilla en mis rodillas, que había vuelto a flexionar en el medio de su relato, y seguí mirándolo, sin borrar la sonrisa. Me incorporé y gire mi cuerpo para poder quedar de frente a él y tirando suavemente de sus muñecas hice que se sentara frente a frente conmigo. – Veni... – Le dije mientras tomaba sus manos. Me arremangué apoye las palmas de mis manos contra las suyas. Esperaba acordarme como era aquel juego de manos que hacia tanto que no jugaba. – Conoces el juego “Oh pony”? – Reí por lo bajo y corrí mi pelo hacia atrás de mi hombros, con un movimiento de cabeza. - Solo hace lo mismo que yo. – Le dije con una leve sonrisa en el rostro. No podía creer que estuviera jugando a esto, especialmente con él, pero por alguna razón me resultaba tierno – Aunque estuviera quedando como terrible idiota. – Oh pony, pony, pony... mi cadena misofa... – Fui cantando la canción mientras chocaba mis manos lentamente contra las suyas de una forma repetitiva para que pudiera seguirme. – misofa, fa, fa... apaña, ña, ña. Michi eme, eme, eme, michi go, go, go. Michi go, go, go, apaña ña... – Hice una pausa alargando la ultima “a” y estiré mi mano a su abdomen para hacerle cosquillas, gritando un ultimo “ÑA.”. Empecé a reírme sintiéndome una completísima idiota. Llevé una de mis manos a mi cabeza y la rasqué, bajando la mirada. – Lo jugaba siempre cuando era chiquita... – Me encogí de hombros, rogando que no saliera corriendo. Levante la mirada y le dediqué una sonrisa. – Juro que no estoy loca. – Reí una ves más y volví a tomar sus manos. Yo puse las mías debajo de las suyas apoyando mis palmas contra las de él y lo mire a los ojos para explicarle... – Este lo jugaba con Dean y nos terminábamos matando. - Reí entre dientes y suspiré antes de decirle como se jugaba. – Es un juego de reflejos. Tenes que sacar las manos antes de que yo les pegue. Si las toco, perdes. Si no las toco, pierdo yo. – Fije mi mirada en sus ojos empezando con el juego. Le amagué un par de veces y sonreí sin dejar de mirarlo al notar como apartaba un poco las manos. Cuando por fin me decidí a hacerlo, le erré. Fingí un puchero. – Perdí... – Inevitablemente a los pocos segundos me reí. – Ahora vos... – Dije poniendo ahora mis manos por sobre las suyas...



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Off: Perdón si no se entiende mucho xD

Sonreí a Lily, observando su rostro y controlandome a los impulsos que me decían que se lo acariciara.-Demasiado complicada- Alcé una ceja cuando me hizo sentarme enfrente de ella y me cogió de las manos, pero entendí que quería. Seguramente, si hubiera sido cualquier otra chica le habría preguntado si se encontraba bien, pero que lo hiciera ella me daba igual. Incluso la imité en el juego de manos y me empecé a reir cuando me hizo cosquillas.-No, estás como una cabra- sonreí. Cambió la posición de nuestras manos y la escuché. Si, a ese juego había jugado con Sally cuando ella tenía cuatro años y yo... bueno, yo aparentaba 15 pero tenía 8. Desvié mi mirada de su rostro a las manos y las aparté cuando fue a darme. Sonreí. Fingí que fui a darle, pero ella no movió sus manos. Alcé la vista y la miré.

Recuerdo que me despisté del juego. La observé, mirando su rostro. Sus ojos, su cabello sus mejillas... Me olvidé del juego. Alcé mi mano derecha y le acaricié la mejilla con mis nudillos. Sin poder pensar en nada más que ella. Y que estaba allí conmigo. En aquel momento supe que me pasaba, entendí mi obsesión por quererla ver y mis comportamientos extraños en mi. ¿Dejar un libro para quedar con alguien? No era algo que solía hacer, des de luego...

Me di cuenta de lo que estaba haciendo y me quedé de piedra. Bien... ¿Y ahora que. Volver a poner la mano como antes y acabar el juego, como si nada? No, con eso parecería imbécil. Bien, puesto que no me había podido controlar del todo, acabaría lo que había empezado. Me acerqué a ella, cerré los ojos y junté mis labios con los suyos en un dulce beso.

No recuerdo cuanto duró. Pero cuando me separé de ella, estaba bastante avergonzado. Así que me hice atrás.-Yo... perdona es que... bueno yo...- Enrojecía de vergüenza por momentos. Cogí la mochila y me levanté, avergonzado y rascandome la cabeza.-De verdad que lo sientto yo... quizás es mejor que me vaya...- Que manera de estropear la tarde, Chris... ¿O la has mejorado?

Chris amago con pegarme, pero yo ni me mosqueé. Tenia años practicando aquel juego con Dean y podía decir cuando amagaban o no. Había una cierta expresión en el rostro que los delataba. Sonreí levemente sintiéndome orgullosa de no haber caído, pero mi sonrisa vaciló en mi rostro cuando llevo una de sus manos a mi rostro para acariciar mi mejilla con el dorso.

Permanecí mirándolo a los ojos sintiendo su caricia suave en mi rostro. Una sensación rara, pero para nada desagradable, recorrió mi panza. Sólo me quede ahí, sentada sin moverme, mirando sus ojos. Unos segundos después, se acerco más a mí para besarme. Arqueando ambas cejas, correspondí al beso. Me había tomado totalmente por sorpresa, por más de que había querido hacerlo desde que había llegado. No había pensado que de verdad lo llegaría a estar besando esa tarde.
Arqueé una ceja al verlo ponerse de pie y tomar su mochila. No, por qué iba a irse? No me había enojado... Sonreí levemente notando que estaba todo colorado por la vergüenza y me puse de pie yo también.

Tomé suavemente su rostro con ambas manos luego de que terminara de hablar y lo besé, acariciando su mejilla con mi pulgar. Me separé de él pero no lo solté. – Quedate. – Le dedique una leve sonrisa mientras miraba sus ojos. Se sentía tan bien besarlo... Volví a hacerlo y rodeé su cuello con mis brazos.
No muchas cosas me podían dar ternura, pero su mirada me transmitía eso, y el hecho de que se haya puesto todo colorado por besarme, me daba más ternura aún. Ninguno con los que me había besado antes se habían puesto así y por algún motivo, me sentía algo rara con él.

Di un paso hacia atrás separándome de él y baje la mirada. La que estaba avergonzada ahora era yo. – Wow... – Murmuré divertida llevándome una de mis manos a la cabeza para rascarla. – No se por qué pero presiento que si me pongo a saltar, definitivamente vas a pesar que estoy loca... – Reí entre dientes y dejé caer mi brazo pesadamente antes de levantar la mirada.

Se levantó a la vez que yo. La miré, confundido. ¿Por que se levantaba ahora? Se acercó a mi y me cogió el rostro. Me sentía muy confundido, y cuando me besó, noté como una sensación de felicidad me invadió. Dejé la mochila al suelo y le rodeé la cintura con mis brazos, acercándola a mi. Se separó de mi, pero yo no la solté, y ella tampoco me soltó a mi. Admiré sus preciosos ojos y le devolví el beso cuando me besó. Me dieron ganas de gritar de felicidad y demostrar a los demás lo feliz que estaba, pero en vez de eso profundicé el beso, - Me quedaré si es lo que tu quieres- Le acaricié una mejilla con la nariz, cariñosamente.

Reí cuando se separó.-¿Y si saltamos los dos?-La volví a coger por la cintura y la volví a besar -¿Crees que nos mirarían raro la gente si nos ponemos a saltar los dos juntos?

Reí entre dientes y fingí analizar su idea. – Podríamos, no?... – Sonreí, pero dejé de hacerlo cuando me beso para corresponderle, rodeando su cuello con mis brazos.
- Probablemente... Pero la verdad no me importaría... – Reí por lo bajo y le robé un beso. – Preferiría abrazarte. – Sonreí un poco y apoye mi mentón en su hombros para abrazarlo con un poquito mas de fuerza. Me sentía un poco tonta por estar así. No solía comportarme así ni tener ganas de saltar cuando alguien me besaba, pero eso podía ser porque casi siempre los “inducía” a hacerlo con lo heredado de la abuela, y Chris era uno de los pocos que lo había hecho en verdad porque lo quería.

No pude evitar sonreir cuando me abrazó más fuerte. Yo le acaricié el cabello, su precioso cabello. Me pregunté si jugaba conmigo, si su descendencia de Afrodita tenía algo que ver con que la desease tanto. Pensé que quizás todo eso era cosa suya y me estaba volviendo loco. Pero miré sus hermosos ojos y pasé de pensar paranoias. La volví a besar. -Yo prefiero besarte- Le acaricié el rostró con una de mis manos, mientras con la otra rodeaba su cintura.-¿No sientes como... un hormigueo en la barriga?- Le pregunté, confuso. Nunca me había enamorado y me sentía extraño.

Sonreí un poco más cuando sentí como acariciaba mi pelo. Esa era una de las cosas que más me gustaban. Era raro pero que me acariciaran el pelo un rato me tranquilizaba un montón y hasta a veces podía llegar a quedarme dormida, tuviera sueño o no. Me separé para mirarlo a los ojos y le sonreí levemente. Correspondí a su beso sin saber a que se debía ahora, pero sin que me molestara el lo absoluto. Reí por lo bajo al escucharlo y asentí enérgicamente con la cabeza mientras él acariciaba mi rostro. – Bueno, eso también... – Mordí mi labio interior intentando disimular, aunque sea un poco, la cara de idiota que había estado poniendo desde que me besó. Pero no pude volver a sonreír como una estúpida cuando lo escuché. Chris sentía “maripositas” en la panza, algo típico de sentir cuando uno estaba enamorado. – Un poquito. – Dije, antes de morder nuevamente mi labio inferior.

Luego de estamparle un beso en la mejilla, llevé una de mis manos a su cabeza para despeinar un poco su pelo y giré para buscar mi bolso. Tenia que hacer algo, lo que fuera, que no me hiciera parecer tan vulnerable. Era algo estúpido no querer mostrarme vulnerable a nada, pero la verdad era que odiaba parecer débil, ante quien fuera, y Chris en este momento me tenia como quería. Me colgué el bolso cruzado por sobre mis hombros y le hice un gesto con la cabeza a Chris. – ¿Damos una vuelta? – Le pregunte con una leve sonrisa. Seguramente caminar haría que dejara sonreír como una tarada.

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Off: skjhdf So sorry por la tardanza y q esta medio feo xD