Empezando desde cero ._. [libre]

por **Bianca M. C. Lockewood** Dom Mar 20, 2011 3:18 am

¿Mudarse de Londres a New Vermont? Eso es algo que solo se le ocurre a mi madre; aunque sabiendo el peligro en el que estamos ahorita es una buena idea, la comprendo. No me puedo quejar, New Vermont es un lugar bonito, y seguro al parecer. Ojala y aquí mi vida cambie, que haya más como yo con los que pueda hablar, ya que sin mi hermano ¿Cómo lograré sobrevivir en este lugar? ¿Iría con mi madre a fiestas? O sea mi madre es buena onda y todo, pero ir con ella a un lugar para jóvenes es llegar a un extremo.

La casa de aquí es bonita, aunque muy amplia para dos personas. Mi habitación es de mi agrado, pero aún así extraño la de Londres. Desempaque mis cosas, acomode todo en su lugar, y fui a tomar una ducha. Me arregle y grité – Mamá, iré a dar una vuelta por ahí - y de respuesta obtuve un ‘Ok, y cuídate mucho’. Tomando en cuenta su consejo salí de la casa y me dirigí hacia… ¿Hacia donde rayos iba?

Decidí parar cuando vi lo que supuse sería un parque o algo parecido. Decidí para por que no quería alejarme más de lo que ahora es mi supuesto hogar, a demás no quería perderme y no traigo celular y lo más seguro de hacer si es que me llego a encontrar en peligro es correr lo más rápido hacia la nueva residencia Coyne Lockewood. Me senté en una banca y me puse a admirar el paisaje mientras me perdía en mis pensamientos.

Pensar que en una semana volveré a rehacer mi vida escolar me ponía nerviosa, aún aunque mi madre aceptara a que yo entrara a la escuela una semana después de que llegáramos. Muchas dudas atacaron mi subconsciente, cosas como: ¿Habrá gente como yo? ¿Volveré a ser discriminada? ¿Volverán a tratarme como un animal, como los ingleses piensan que soy? ¿O habrá gente que me trate bien y quiera estar conmigo? O simplemente ¿Querrá alguien ser amigo(a) mío? Es demasiado frustrante pensar en todo eso, pero lo que más me pone nerviosa es saber que el engendro que tengo como hermano al cual quiero mucho no va estar aquí apoyándome en las buenas y en las malas, como solemos hacer. Suspiré y agarré el ipod que traía por casualidad en el bolsillo de mi jean. Coloqué los auriculares en mis respectivas orejas, pulse play en la pantalla del ipod y deje que la melódica canción ‘The Ballad Of Mona Lisa’ me distrajera de todos mis supuestos problemas…