De compras por la ciudad. {Jake}

Luego de mi pequeña venganza en el lobby del departamento de Lilith, nos fuimos hacia el centro comercial de la ciudad. Tal vez, si estaba de buenas ya con Dean, le compraríamos algún regalo. Sino pasaríamos una tarde los dos juntos disfrutando de la mutua compañía.
Cuando llegamos al lugar Jake estacionó el auto y cuando bajamos tiré suavemente de su brazo para que se acercara a mí. - Perdón por lo del portero, amor. Estaba enojada con vos...- Tomé su rostro con ambas manos suavemente y bese sus labios despacio. – Pasa que me hicieron sentir mal...- Dije bajando la mirada y soltando su rostro. – Yo sólo me preocupo porque no quiero que le pase nada a Dean y vos y el se burlan de mi... – Levante la mirada hacia sus ojos intentando disimular que estaba un poquito mal. Tal vez aquel día estaba demasiado sensible vaya uno a saber por qué, pero esos chistes de verdad me habían tocado. Seguramente era porque después de dos años sin ver a mi hijo había caído en la cuenta de que él ya era todo un hombre y aceptarlo me costaba demasiado. Quizás nunca llegara a admitirlo porque me dolía hacerlo, pero que mi esposo y mi propio hijo se burlaran de mi me molestaba mucho. ¿Por qué no podían entender lo que me pasaba y se burlaban de mí?

Suspire pesadamente y abrace a Jake por la cintura. Por alguna razón sus abrazos eran el remedio perfecto para cuando no estaba del todo bien. Cuando me rodeaba con sus brazos me sentía segura y amada. Aunque a veces dudaba que fuera sólo por mis poderes y no por como era yo.
Levante la mirada hacia sus ojos y le dedique una sonrisa, lo mas sincera posible antes de volver a besarlo, llevando mis manos a su cuello para acariciar con el pulgar su mandíbula. Tomé su mano luego de separarme de él y caminamos juntos hacia el centro comercial.– ¿Qué le podemos regalar?- Le pregunté a Jake, dejando todo atrás, para poder seguir con aquel dia que, por mas de haber tenido este bache en el camino, parecía que iba a ser uno de los mas lindos que había tenido en mucho tiempo.

Probablemente podríamos conseguirle algún anillo con sus iniciales, o las del papá de Jake. Sabía que eso era algo que a él le encantaría. Al igual que alguna campera de cuero o algún que otro cd de La Renga. Me acerque a una de las vidrieras donde vendían ropa de hombre, más específicamente camperas. Pensé en que seria bueno regalarle una de esas, pero el ya tenia la suya marrón que no se la sacaba nunca casi ni siquiera para dormir...

Dejé que Jake me besara poco antes de irse a buscar algo al auto. Yo me quede sola frente a aquel local donde tenían exhibida una campera hermosa, de cuero negra. - Seguro esa le quedaría hermosa – Pensé para mi misma antes de entrar al negocio. Llame a uno de los empleados y le pedí que me mostrara todos los modelos de camperas de cuero negras que tuviera. El hombre estaba un poquito pesado conmigo, pero no le hice caso. Era completamente normal que se sintiera así frente a mí.
Ignorando lo que me decía, me puse a mirar las camperas. Tome una y empecé a verla. Tal parecía que esa era perfecta para mi hijo. Era casi tan bella como él. Miré de arriba abajo al vendedor pensando que físicamente se parecía bastante a Dean. Le pedí amablemente que se la probara para ver como le quedaba y así saber si ese era el talle indicado.
Luego de unos cuantos idas y venidas del vendedor, para tratar de sacarme el numero telefónico, suspire pesadamente y le habla con una sonrisa. – Estoy casada...- Le dije al chico mientras le pasaba una tarjeta de crédito a la cajera para que me cobrara la chaqueta. Estaba a punto de irme, pero aquel muchacho, pidió por un abrazo. Me encogí de hombros y me acerqué a él, pensando que un abrazo no le haría daño a nadie, además, me sacaría a aquel hombre de encima de una vez por todas.

Cuando estaba por separarme, de sorpresa, aquel chico me encajo un beso en la boca. Trate de separarme rápidamente, pero me costó unos cuantos segundos, que parecieron eternos, poder soltarme de su agarre. Al mismo tiempo que me separaba, se escucho un ruido proveniente de la puerta. Un ruido algo extraño. Gire para ver que había sido y allí fui cuando vi a Jake parado en la puerta.
Verlo ahí parado, con esa expresión en el rostro, hizo darme cuenta que había entendido cualquier cosa y yo simplemente no podía hablar. Dejó caer unas flores al suelo y algo que parecía tener forma de corazón, al suelo. Cuando salio del local, le encaje un cachetazo con toda la fuerza que tenia al vendedor y salí detrás de Jake, a pesar de que acababa de gritar que no lo siguiera y otras cosas que llegaron a herirme bastante. Antes de que Jake pudiera llegar al auto, tire de su brazo para que girara a verme. – Jake, espera. No es lo que pensas... Por favor...- Sentí como mi garganta se cerraba haciéndome difícil tragar la saliva cuando se soltó de mi y siguió caminando. Lo último que me faltaba aquel día era que Jake me dejara.

Lo seguí pensando en que no iba a dejarlo ir, no sin antes tratar de explicarme. – Jake, por favor, dejame decirte que paso. Jake! – Tomé su brazo con toda m fuerza para detenerlo. – Jake, yo no hice nada! Te lo juro, él me beso, yo no quería hacerlo...- Dejé de hablar al darme cuenta que mi voz ya no salía tan firme como hubiese deseado. Mis ojos se humedecieron al recordar el aroma que sentí al cruzar por la puerta de aquel local. Era el olor del perfume que yo tanto quería y al lado de este había una bolsa con una caja de bombones y unas hermosas rosas tal como a mí me gustaban. Él había ido a comprarme todo eso, solo porque me amaba, sin ninguna obligación, ni que sea alguna fecha importante y yo siendo besada por otro.

- Jake...- Le murmuré con la poca voz que podía emitir mis cuerdas vocales en aquel momento en que unas lagrimas cayeron por mis mejillas al verlo alejarse...

Jake se acerco a mi y empezó a hablarme a pocos centímetros de mi rostro. Contuve el aire fijando mi mirada en sus ojos celestes. - No, no, no, no, no...- dije al ver que había empezado a llorar, sintiendo como se rompía mi corazón en veinte mil pedazos. Si prestaba mucha atención, estaba segura que se podía escuchar el ruido de mi corazón partiéndose como si de una copa de vidrio estrellándose se tratara.

Lleve mis manos a su rostro para secar sus lágrimas. – No llores por favor, no llores...- Dije empezando a llorar yo también. - Yo no lo bese, Jake, fue el, te lo juro... El me agarro con fuerza, no pude reaccionar rápido para sacármelo de encima y él me beso, perodame... – Lo abrace con fuerza y empecé a acariciar suavemente su pelo esperando que así dejara de llorar. Lo separé tan solo un poco tomando su rostro con ambas manos para que pudiera verme a los ojos. - Te amo, Jake, como pensas que podría querer besar a otro? Vos sos el hombre de mi vida...- Llevé una de mis manos a mi rostro para secar mis lagrimas y respire profundamente. Si Jake me llegaba a dejar, yo me moriría ahí mismo.

Volví a abrazarlo sin importarme si él quería que lo hiciera o no. Lo apreté con fuerza antes de dar un paso hacia atrás y tratar de no llorar más. Mantuve la mirada baja mientras intentaba calmarme y volví a hablarle. – Nunca te haría algo así apropósito, nunca te lastimaría así... – Llevé mis manos a su pecho mientras pensaba en que si no me creía y se iba yo me moriría ahí mismo, en ese mismo momento. – Creeme por favor... Moriría antes de hacerte algo así...- Dije haciendo inconcientemente puchero por aguantarme las ganas de llorar. Tal vez si hubiese pasado en otro momento, solo esto, no me hubiese puesto así, pero ya venia con un par de cosas de antes, las cuales hicieron que estallara con aquel episodio.

Lleve una de mis manos a su mejilla para secar sus lagrimas con el dorso mientras lo miraba a los ojos, esos ojos celestes cielo, grandes y hermosos. – Jake...?- Murmuré esperando que me dijera que estaba bien, que me creía y esperaba que todo volviera a ser como era antes. Maldije la hora en la que me desperte aquel dia!

Correspondí a su abrazo negando levemente con la cabeza. Él no tenia que pedirme disculpas. Era totalmente entendible que se sintiera mal, frustrado, que se enojara por ver que otro hombre me besaba. Lo que si, necesitaba que me creyera, le estaba diciendo la verdad y que no confiara en mi me hacia mierda.
Cerré los ojos cuando llevo su mano a mi mejilla para secar con su pulgar mis lágrimas. Correspondí a su beso, pero por alguna razón no termino de tranquilizarme. Podía darme cuenta que Jake lo hacia sin quererlo realmente. Sentí nuevamente un nudo atenazando mi estomago y pensé, no por primera vez, que toda mi vida hubiese sido menos trágica sin los poderes heredados de mi mamá. Si bien los amaba, y me había simplificado la vida en muchísimas ocasiones, cuando pasaban cosas como estas simplemente sentía las ganas de devolverlos.

Jake me abrazo apegándose a mí y yo permanecí con los ojos cerrados, apoyando mi sien en su hombro, sintiendo sus suaves caricias en mi mejilla. Por lo menos que estuviera haciendo eso significaba que las cosas ya no estaban tan mal entre nosotros.
Apreté con un poco de fuerza los ojos, y escondí mi rostro en el hueco que se formaba entre su cuello y su hombro. – Te amo...- Dije llevando una de mis manos al otro lado de su cuello para acariciar su mandíbula suavemente con mi pulgar.

Me separe de él unos segundos después mientras respiraba profundamente y con las palmas de mis manos secaba mi rostro. No iba a mariconear más. Odiaba llorar en publico, más cuando lo hacia de verdad. Muchas veces había utilizado ese truco para conseguir algo, ya sea en la vida o en alguna cacería o peleas contra semititanes, pero ahora que lo hacia en serio, no me gustaba que me vieran tan vulnerable. – ¿Podemos irnos? – Pregunté en un murmullo mientras trataba de arreglas mi maquillaje que suponía que se había corrido. Respire profundamente y volvi a hablar, esta vez en un tono mas normal... - O terminar de comprarle los regalos a Dean... Me encogí de hombros dejando notar que estaba dispuesta a hacer cualquier otra cosa que no implicara seguir hablando de aquel tema.

Correspondí al abrazo de Jake y cerré los ojos unos segundos. Escuché lo que me decía, pero no sabia que era lo que tenia ganas de hacer. Por supuesto tenia ganas de comprarle regalos y cosas a mi hijo preferido, pero tampoco quería volver a entrar a ese centro comercial, donde habíamos hecho una escena y donde muchos de los que estaban entrando, me habían visto llorar. Me encogí de hombros y lo abrace con un poco más de fuerza. Si yo tuviese que elegir hacer algo, seria quedarme así, abrazado a Jake, todo el resto del día.

Miré a Jake a los ojos y sonreí muy levemente al sentir sus caricias en mi mejilla. Se me habían ido las ganas de hacer cualquier cosa, probablemente sólo querría tirarme en la cama a dormir un buen rato, hasta que me sintiera mejor, pero no era una opción muy feliz que digamos.
Llené mis pulmones de aire y lo dejé escapar pesadamente, mientras sacaba el atado del bolsillo. Tal vez después de un cigarrillo me sentiría bien, disimularía mejor el haber estado llorando y parecería como si no hubiese pasado nada.

Me lleve el cigarrillo a la boca y lo sostuve en la comisura de mis labios para podes encenderlo. Caminé hasta el auto más cercano y me apoyé en él. Dejé escapar el humo hacia arriba y estiré mi mano libre hacia Jake, para que la tomara y acercarlo a mí. - Ahora vamos. – Rodeé su cuello con mis brazos, cuidando de no quemarlo con el cigarrillo y bese suavemente sus labios. Poner feliz a Dean siempre estaba primero a cualquier cosa, así que iríamos a comprarle algo primero y después al hotel a registrarnos. – Le compramos algo a Dean y después vemos algún hotel o algo. – Le dediqué una leve sonrisa y me llevé el cigarrillo nuevamente a la boca para darle una calada.