Dos cafés con leche y unos croissants, por favor... {Nick}

Entré medio grogui a la cafetería, frontandome los ojos y quitandome las legañas. Tenía clase de ahí a una hora, aproximadamente, pero había venido antes para acompañar a Sally, ya que si no mi madre se agobiaba. Por mucho que des de la cama le hubiera gritado que Sally ya era mayorcita y que con esa edad ella se había quedado embarazada, ella solo me había dirigido malas miradas y yo solo había conseguido que se enfadara más. Por suerte, Nick no se había enterado de toda la discusión. Pero si seguíamos así, no tardaría en enterarse...

Llevaba unos segundos sentado en la mesa, cuando recordé que tenías que ir por tu propio pie a pedir a la barra. Medio refunfuñando y aún en el mundo de los sueños, me levanté y me dirigí a la barra. Pedí un café con leche y un croissant, ya que no había desayunado con las prisas que me había metido mi madre. ¿Nick por donde andaría? Se había retrasado arreglandose. Para ligar, supuse. Cogí mi café y mi croissant y me volví a la mesa, aún medio dormido.

Mojé el croissant en el café y pensé en Nick. tubé una pequeña visión y supe que en seguida entraría por la puerta. Me giré para sonreirle unos segundos antes de que entrara.

Sonreí a Nick y le hice un sitio. Él también había notado mi cara de zombie. No era por que no hubiera dormido, sino por que levantarme a las siete de la mañana nunca me hacía bien. Aquello no era humano... Bueno, o semititánico. Como fuera, lo que sea. Levantarse a las siete de la mañana, aunque hubieras dormido doce horas antes, no era ni sensato ni bueno para el cuerpo.

-Sí que he dormido. Vaya si he dormido.- Me rasqué la cabeza, como solía hacer cuando estaba medio dormido o cuando estaba confuso o no sabía muy bien que decir. En aquél momento, lo hice por sueño.-Pero despertarse a esta hora es inhumano- Miré su bajo y alcé una ceja. Luego recordé.-¿A qué hora digiste que era el ensayo? pffff no recuerdo nada. Suerte que no tengo examen a primera hora.- Suspiré y mojé de nuevo el croissant en el café, medio distraído.

Encendió un cigarrillo y bebió de su caña. La señora de la barra le miró mal. Yo pasé un poco de ello. Ya me había acostumbrado. Al principio me molestaba el humo y que todo el rato estubiera bebiendo y fumando, pero era parte de su manera de ser, y yo no podía cambiarla. Me quité las legañas que tenía aún y me medo peiné con los dedos, ya que mis cabellos eran imposibles de peinar. Cada uno iba a donde le daba la gana y yo no podía hacer nada.

-Soy un marmota sí... ¿Y qué? ¿Y qué?- Dijé, recordando las frases preferidas de mis primos.-A las siete... vale... ¿Donde? ¿En la Aula de música? Dimelo con detalles, tio, que luego si no me lo dices ahora luego no me acordaré de nada.- Me acabé el croissant y bebí un trago del café mientras seguía escuchándole. Alcé una ceja. ¿Una caña? ¿Por la mañana? Mi cuerpo a penas toleraba el alcohol, y por la mañana, menos.- Sabes que tengo poca tolerancia al alcohol, Nick. ¡Cómo para beberme una caña por la mañana! La cafeína me va mucho mejor.- Sonreí ante su broma. Suerte tenía de que no tenía examen. Los resultados no serían nada buenos y yo no podía permitirme bajar más de un 7 en algún examen.

Sonreí mientras me frotaba los ojos y me acababa de quitar las legañas. En la aula de música, tenía que llevar la guitarra... así que después de clase tendría que pasarme por la tienda de música y coger mi guitarra. Bostecé, sin poder contenerlo, y luego acabé de dar un sorbo al café mientras escuchaba a Nick mientras me daba la razón sobre lo de la caña.

Nos quedamos en silencio, sin tema del que hablar. Me acabé el café y observé la cafetería, casi vacía. Estiré un poco los brazos, desperezándome del todo. Quería despertarme ya, por que si no, diría imbecilidades. Sonreí ya más energético notando los efectos de la cafeína. Las palabras de Nick me dejaron de piedra. Nunca habíamos hablado de aquél tema, aunque los dos habíamos pensado en ello seguramente, él como si fuera una estupidez, yo, con la duda de si aquello podía afectar a los mios.

Me crucé de brazos, serio, y miré a mi mejor amigo. No podía decirle nada, aunque me doliese, no podía traicionar a mi madre, a mi padre y a mi hermana, por no hablar de todos mis tios y tias y mis primos. New Vermont era una ciudad pequeña, y si aquello se extendía y el gobierno se enteraba sería como una ratonera para nosotros. Acabaríamos muy mal.

-Es... un tema muy delicado. La gente se ha vuelto un poco loca con ese tema.- Empecé a hablar. Pensaba utilizar el engaño si hacía falta, pero no me gustaba engañar. Solo lo hacía en defensa propia, si no me quedaba otra opción...-¿Crees que existen? ¿Crees que es real?

Escuché lo que dijo y me puse tenso cuando habló de su familia. Noté rabia y como me empezó a irritar la garganta de pura rabia. Sin embargo, guardé la calma, acabando de escuchar las dudas de mi amigo. Pensé en como responderle, me lo había puesto dificil. Su padre trabajaba para el gobierno... esperaba que no lo fuera a buscar nunca, porque no solo se encontraría con una semidiosa inmortal en casa, sino que con dos semititanes y un titán. Mantube la calma.

-Pienso como tu, Ademas, si existieran, los dioses y los semidioses... Los dioses son muy viejos, por tanto, deben de haber tenido hijos con mortales des de siempre, pero no nos hemos enterado. Ahora que lo sabemos, ¿Lo vemos como si fuera una amenaza? No se, lo veo ridículo.

Me tranquilicé un poco más por dentro, mientras que por fuera mi cuerpo engañaba para protegernos. Parecía sereno, como si hablaramos del tiempo o de política.

Escuché lo que me decía Nicholas. Sin duda, eran palabras con mucha razón. Vaya si tenían. Yo tenía las respuestas y no me gustaba no poder dárselas, pero él ya las estaba buscando bastante bien, por lo que veía. Me interesaba bastante que no nos viera como una amenaza. Más que nada, por que si nos veía como una amenaza, teniendo los padres que tiene, si algún día se enterara de quienes eramos estaríamos bien jodidos, con perdón por la expresión...

Pensé en mi mismo. ¿Había elegido ser quien era? No, no lo había elegido. Sin embargo, mis padres me habían tenido... Bien hay que decir que fue un “desliz” pero mira, si no fuera por aquel pequeño despiste yo no estaría aquí, así que, agradecía profundamente aquel despiste.

-Exactamente, Nick. Igual que yo no elegí mi familia o tu la tuya, ellos igual...si es que existen- añadí. Luego miré el reloj y volví a prestar atención a mi colega.-¿El disco de Metallica? Me lo prestaste ayer, chaval, para escuchar una canción que a ti te gustaba mucho. Debe de andar por mi habitación perdido entre los libros. Lo acabaré encontrando.

Vi que estaba algo serio, pensando, antes de responderme. Supuse que aún pensaba en la posibilidad de que existieramos. Sonreí algo divertido. ¿Qué haría si supiera quienes eramos? ¿Dejaría de ser mi mejor amigo, mi colega? ¿Dejaría de ser mi mejor amigo? ¿No querría seguir en una casa como la nuestra? ¿Preguntaría más?

Preguntas sin respuestas. Pero, mientras tanto, disfrutaba de mi colega como era ahora, y después, si se enteraba, ya vería que pasaría. Escuché su comentario y rodé los ojos. Vale, me gustaba estudiar, me gustaba aprobar, me gustaba leer, me gustaba quedarme tardes en el sofá con un libro, sí... pero la música también me interesaba, ¿Eh? Mi instrumento era la bateria, y iba a tocarla a la tienda de mi padre cada día. Escuchaba música tambien. ¿Tan empollón me veía?

-Eh, lo oí- Me ofendí.-Los libros para mi son... como ver peliculas, o como si te abrieran puertas hacía la verdad o hacia nuevos conocimientos. ¿Nunca has sentido la necesidad de conocer algo o de saber hacer algo? Para mi los libros son como el paso intermedio, los necesito para intentar llegar a donde quiero...