Una vuelta por el zoo [Kary&Libre]

No llevaba mucho en la ciudad, aunque empezaba a acostumbrarme a vivir aquí. Había vivido en diferentes ciudades, donde mi madre siempre me había visitado a menudo, a pesar de ser una diosa y todo eso. Pero tras innumerables viajes, no estaba mal poder pasar un tiempo en un solo lugar, al fin y al cabo, me sentaría bien conocer gente, puede que algún otro semidios, ya que había oído que varios de estos se habían mudado aquí con sus familias.

Era martes por la tarde, no tenía un empleo, aunque tampoco lo necesitaba, por lo que dedicaba mis días simplemente a entretenerme, hoy había decidido ir al zoo. La verdad es que había visto todos estos animales en libertad y en su entorno natural, pero no me vendría mal verlos, ya que puede que eso me hiciera recordar mis viajes, y los recuerdos siempre eran bienvenidos en mi mente.

Entré en el zoo, que era público, por lo que no hacía falta pagar, y empezé a caminar, parandome cada dos por tres frente a una jaula, donde había diferentes animales, por lo general solo se paraba un momento, y en seguida retomaba su camino, hasta que se hayó frente a la jaula de un mono tití de manos doradas y se acercó un poco a ella. - ¡Hola Monito! - dije metiendo uno de mis dedos por la ranura de la jaula, sabía que no me mordería, los animales percibian que era superior a los demás humanos.

Pedí permiso a Wenn. No me sorprendio que dudara un poco y no era para ser algo cuestionable, la entendia y le agradecia que me quisiese proteger como si fuese Nathan, James o Nathalie. Como si fuera uno de sus hijos. Eso me hacia sentir bien, como si fuese parte de una familia. Bueno; lo era. No debia de quitarme esa forma de pensar, despues de todo los "Wells-Swann" eran mi familia. Despues de unos momentos de duda, y haciendo un practico uso de mi mirada de cachorro triste logre que Wenn me diera el permiso para ir un rato al zoologico de la ciudad, de cierto modo agradeci que Matt no estuviese, probablemente a él no le hubiese gustado la idea de ir sola a cualquier lugar. Otra cosa que recordar: el mundo era peligroso.

Las hojas de distintas tonalidades doradas revoloteaban por los aires, haciaendo pequeñas danzas. Era lindo de ver, creaba una sensacion de calidez el otoño. Tal vez fuese por sus colores tan tranquilos y relajantes, aunque yo preferia el inverno. Ver la nieve era algo genial, el hecho de que cancelaran clases era algo extra pero no le quitaba lo grandioso. Como hoy que no habia tenido clases. Era mi dia libre, aunque los demas si hubiesen tenido.

El zoologico no estaba lleno. No parecia al menos, me habia tocado verlo con mas personas dentro, como en fines de semana o vacaciones.
Me dedique a vagabundear, dejandome llevar solo por mis pies. No necesitaba uno de esos mapas, conocia el lugar casi de memoria. Pase por el area de los monos, me entretenia verlos; ellos resultaban los animales mas traviesos de todo el zoo, sin duda alguna estaria haciendo miles de travesuras en sus jaulas. Definitivamente, sabia como pasar el rato. Vi una silueta, descubri que era una chica al caminar hacia su direccion, uno de sus dedos estaba metido entre los agujeritos que la jaula tenia, queriendo llamar la atencion de las criaturas. Lo consiguio.

-¿No es peligroso?- le pregunte ladeando la cabeza un poco hacia la derecha. Con una mirada curiosa y una pequeña sonrisa. Se percibia el tono bromista en mi voz -Aunque son tan lindos que dan ganas de acariciarlos, ¿no?- voltee a ver a los monos, quienes bricaban de un lado a otro. Movi una de mis manos, en forma de saludo hacia ellos y note como algunos me devolvian una mirada, como si me dijeran "¿me saludas a mi?". Que lindas y traviesas criaturas resultaban.