Reconciliación [Dean]

Suspiré pesadamente al ver que Dean se acercaba a nosotros. No tenia ganas de hablar con él, no quería que siguiera gritándome y mucho menos que se me pusiera a dar un discurso por estar con alguien en la playa, eso con suerte y si no lo agarraba a piñas.
Mis gestos al parecer no habían sido tan sutiles, ya que Sam me preguntó si algo me pasaba. Me encogí de hombros y negué levemente con la cabeza – Ese que viene ahí es mi hermano...- Murmuré haciendo un gesto con la cabeza, señalando a Dean. Cuando Sam volteo, lleve una de mis manos a su rostro para que no lo mirara, o por lo menos para que lo hiciera mas sutilmente. Me preguntó si algo pasaba entre nosotros y baje la mirada mientras le hablaba. – Hace un rato nos peleamos...- Dije volviendo a encogerme de hombros. – No quiero hablar con él ahora...- Si bien no iba a hondar en el tema, porque no era de contarle al que fuera los dramas que tenia con mi familia o lo que sintiera, sonreí levemente al sentir el abrazo de Sam y al oírlo invitarme a tomar un café lejos de mi hermano.

Me puse de pie justo cuando Dean llego hasta nosotros y me hablo. – No tengo ganas ahora, Dean. Estoy ocupada. – Dije mientras me alejaba de él agarrando mis botas y cruzándome el bolso por sobre mis hombros. Dean insistió y puse los ojos en blanco antes de girar hacia él. – No, Dean, no quiero... – Le repetí negando con la cabeza. Tomé suavemente el brazo de Sam y haciéndole un gesto con la cabeza, le hable. - ¿Vamos? – Giré nuevamente para seguir caminando sin fijarme si Sam me seguía. Allí fue cuando escuche su voz. Estaba hablándole a Dean, diciéndole que no sabia lo que había pasado entre nosotros, pero que si yo decía que no quería hablarle, que no me insistiera, ni me persiguiera.
Suspiré pesadamente y volví hacia ellos, sabiendo que esto no iba a terminar bien...

Sam volvió a meterse en el medio cuando Dean lo hizo a un lado, diciéndole que no se metiera, que no era su problema. Por mas de que concordara con Dean, en que ese no era su problema, no iba a decirlo. Muy en el fondo se sentía bien escuchar a Sam defendiéndome, pero sabia que si seguía jodiendo a Dean terminaría con la boca reubicada. – Sam, deja, no pasa nada...- Dije tratando de calmarlo y de llevármelo de ahí. Antes de que pudiera hacer algo, ambos estaban golpeándose. Suspiré pesadamente y me acerque a ambos para separarlos.
– ¡Dean, para! – Le grité cuando vi que Sam se encontraba en el piso y mi hermano arriba de él golpeándolo. Tiré de su brazo con fuerza para que saliera de encima. - ¡¿Después de esto querés que hable con vos?! – Le grité mirándolo a los ojos mientras me acercaba a Sam. Me agaché a su lado y tomé su cara para ver que tan graves eran los golpes que mi hermano le había dejado. – ¿Estas bien? – Le pregunté algo preocupada. - Siempre lo mismo, Dean, siempre lo mismo... – Pensé para mi misma.

Sam se levanto soltándose de mí bruscamente y murmurando algo así como que no valía tanto la pena como para agarrarse a piñas con alguien y que no quería saber nada con una mujer que tenía una familia tan desquiciada. Suspiré pesadamente y me puse de pie mientras veía como se alejaba. – Ok, se lo tenia merecido. Pelotudo... - Pensé. Gire hacia Dean y lo mire a los ojos negando con la cabeza... - Sos un idiota. – Le dije antes de empezar a caminar alejándome de él.

Sentí como mi garganta se cerraba por la bronca. Tenia ganas de matar a Dean. No solo me había gritado, me había hecho sentir mal por no haberle preguntado por Henry y por recordar a Bobby, sino que ahora le rompía la cara al que me gustaba y me había estado ayudando con las fotos.

- Sos increíble, Dean, sabias? No te bastaba con hacerme sentir mal con lo que me dijiste en el departamento, sino que también tenias que venir acá a cagarme la salida, no? – Respire profundamente para tratar de calmarme y volví a girar para seguir caminando. Quería subirme a mi moto e irme de la ciudad hasta saber que Dean y toda mi familia ya se había ido.

Mientras me alejaba de Dean, me descolgué la cámara del cuello para guardarla en el bolso. Le hable secamente al escucharlo – No es mi novio... – - Y gracias a vos no lo va a ser nunca. Pensé para mi misma.
Dean corrió hasta mí y tomándome de los brazos, me giro para que lo mirara. Aparte la mirada de sus ojos. No quería mirarlo, si lo hacia era probable o que me pusiera a llorar, o que le diera vuelta la cara de un cachetazo y no quería hacer ninguna de las dos cosas. Permanecí en silencio, mirando hacia otro lado, esperando a que terminara de hablar para poder irme. Escuche lo que decía y no pude evitar volver a sentirme mal. Aquel nudo volvió y parecía que no dejaría mi garganta en paz, por un largo rato.
Dean nunca me había contado de Henry y que lo haya hecho tantos años después en un momento como ese, significaba que de verdad la estaba pasando mal. Además, la noticia esa había hecho que me sintiera peor aun. No podía evitar sentirme como una forra por haberle recriminado todo este tiempo lo de Bobby, decir, directa o indirectamente, que mi perrito se había muerto por su culpa y haber insultado internamente a Henry por haber desaparecido así sin decirme nada.
Lo mire a los ojos y apoye mi frente en su hombro al sentir que mis ojos se humedecían. Me acurruqué en él, soltando un par de lágrimas. – Me hiciste sentir horrible. Yo no sabia lo de Henry.- Murmuré estrujando su remera. – Pensé que no nos quería ver mas, no sabia que había muerto. - Después de unos segundos me separé de él y me giré un poco para que no me viera directo a la cara, mientras me secaba las lágrimas e intentaba calmarme. Estaba claro que iba a tener que decirle lo que había pasado entre Henry y yo. Permanecí unos segundos callada hasta que respire profunda y entrecortadamente para hablar. – No estoy así porque me gritaste, no del todo... – Suspiré pesadamente y baje la mirada. – Estuve con él Dean... Salíamos. Y cuando me dijiste que se fue... - Me encogí de hombros y llevé una de mis manos a mi rostro para secar mis lagrimas. Volví a levantar la mirada y a respirar profundamente. Me estiré para abrazarlo con algo de fuerza. – No es tu culpa hermanito. Sólo que... Me tomo por sorpresa. – Me separé de él y sequé nuevamente mi rostro. Ya estaba mucho mas tranquila ahora. – Perdoname vos por no preguntarte y echarte la culpa por lo de Bobby... Dije mirando hacia otro lado. No era buena con las disculpas y mucho menos con el momento después de haber llorado frente a alguien.

Correspondí al abrazo de Dean y permanecí escuchándolo. Él se echaba la culpa de lo que le había pasado a Henry. Negué enérgicamente con la cabeza mientras me separaba de el refregando mis ojos. – Dean, Estabas en todo tu derecho de enojarte. – Dije encogiéndome de hombros. Odiaba que se peleara con todos los que salían conmigo pero en este caso, había sido yo la que me había metido con su mejor amigo y era entendible su enojo. – Lo que le pasó no fue tu culpa. Fue... Inevitable. – Sabia que Dean no pensaría lo mismo, que seguiría echándose la culpa, pero así era. Ser cazador implicaba eso, poner en riesgo la vida en cada cacería, hasta que algo así pasara y acabara con uno. – El sabía en lo que se había metido, igual que vos. Por eso mamá y yo odiamos que seas cazador.– Tomé su muñeca y tiré de ella hacia abajo para que se sentara conmigo en la arena. A mi ya se me había pasado el momento de tristeza y ahora volvía a ser yo misma. La que escuchaba los problemas de otros, daba consejos y trataba de hacer sentir mejor al resto, sin decir ni una palabra de lo que me pasaba. Bajé un poco la mirada y me puse a jugar con la arena mientras le hablaba. - Pasó lo que en algún momento iba a pasar y dio la casualidad que fue la misma semana en la que ustedes se pelearon. Eso no quiere decir que haya sido tu culpa, hermanito. – Si bien me había shockeado enterarme lo de Henry de esa forma y me molestaba que no me lo haya dicho hasta el día de hoy, no podía dejar que se culpara por su muerte. – Él sabía que lo que le dijiste fue sólo por el enojo, Dean. Yo le hubiese dicho lo mismo a mi mejor amiga si me enteraba que estaba con vos. – Me encogí de hombros en señal de que yo no lo culpaba por nada. Si por no contármelo, pero no estaba enojada con él por esa razón. Tal vez porque ya había pasado un largo tiempo desde la ultima vez que había visto a Henry y ya me había echo a la idea de que me había dejado porque si, superando aquel tema, o simplemente porque tenia bien en claro que lo había hecho sólo porque no había querido lastimarme. Pasé uno de mis brazos por sobre sus hombros y lo atraje un poco hacia mi para poder abrazarlo. Apoyé mi frente en su sien y volví a hablarle. – Es estupido que pienses que tenes que cargar con estas cosas vos sólo. Sabes que yo estoy para ayudarte en lo que sea, Bro. Y lo que te digo siempre... No tenes que guardarte las cosas porque te hacen mal. – Besé su cabeza y me separé de él para luego darle un empujoncito con el hombro. – Y basta de ser tan buena! Que tengo un montón de formas para molestarte en la cabeza y quiero ponerlas en práctica. – Dije dibujando una sonrisa en mis labios esperando que eso le cambiara un poco el animo a mi hermanito.

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Off: Ñiam... feo, feo, feo!

Borré un poco mi sonrisa al escuchar que se iba a ir de Vermont. Suspiré pesadamente y apreté mis labios mostrando un gesto de aceptación. Si bien me gustaba tener a mi hermano conmigo, él tenia que seguir su vida. – No vale! Siempre me haces lo mismo! Se me ocurren todas las mejores ideas y vos te vas... – Dije suspirando una vez mas. Claramente estaba bromeando y no me había ofendido por eso. Entendía que quisiera estar lejos de todos y por sobre todo de mamá que si se llegara a enterar de que Dean estaba mal, se atrincheraría en algún cuarto abrazando a “su nene” y no lo soltaría hasta el día del juicio final, o un poquito mas.
- Ok, pero no te vas a ir hasta que no me cocines algo rico Y SIN CARNE!- Dije recordando la ultima vez que me había cocinado que había metido carne al relleno y casi lo mato. Dean cocinaba riquísimo pero ese día casi vomité del asco que me había dado. – Y me vas a dejar preparado para el resto de la semana, no? – Dije haciéndole ojitos. Si había algo en lo que era mala era en cocinar. No sólo porque no tenia idea de cómo se cocinaban otras cosas que no sean pastas, pizza o algo así básico, sino que me aburría y por eso siempre pedía comida afuera. Por eso siempre que veía a Dean me aprovechaba de que a él le gustara cocinar y le pedía que me hiciera un montón de cosas.

Entrecerré los ojos al escucharlo decirme que no me iba a cocinar, que tenia que aprender. ¿Para qué quería aprender a cocinar si tenía teléfono y unos cuantos imanes en la heladera, para cuando Dean no estaba en casa para cocinarme? Era definitivamente al pedo.
- Que malo que sos, Bro! – Dije haciéndole puchero. Sabia que nunca podía resistirse a mi cara de perrito mojado, por eso siempre lo manipulaba con lo mismo. Arqueaba las cejas un poco, lo miraba desde abajo y sacaba un poco el labio de afuera y listo! Dean hacia lo que yo quería.


Correspondí a su abrazo y sonreí levemente. Me separé de él cuando escuche su pregunta y miré mi reloj. Todavía tenía una media hora libre para pasar con mi hermanito. – Entro en media hora. – Me puse de pie y limpié así nomás la arena de mis pantalones. Saque la cámara del bolso y mientras le hablaba a Dean, cambie el rollo. – Antes de que te vayas... – Llevé la cámara a uno de mis ojos para mirar por el visor y cerré el otro mientras ajustaba el foco y un par de cosas más. Le saqué algunas fotos, y le sonreí levemente antes de volver a hablarle. – Después le doy un par a mamá así no te jode tanto. – Reí por lo bajo y le di un empujón con el hombro mientras volvia a guardar la cámara.

Fruncí levemente el seño cuando Dean me agarro de las manos sorprendiéndome. Odiaba que hicieran eso. Por alguna razón que me tomaran por sorpresa no me agradaba. Seguramente seria porque no me gustaba estar al tanto de las cosas. Siempre quería saber que era lo que pasaba. Algo controladora, si, lo se...

Terminé de sacarle fotos a Dean, a pesar de que mucho no se dejaba, y nos pusimos a recorrer la costa. Bien... Que se yo. Es bastante difícil, pero se lleva... – Me encogí de hombros despreocupadamente y apreté un poco los labios. Si bien me estaba yendo bien, ahora tenia este bendito trabajo de hibridación que me estaba volviendo loca, no entendía casi nada y encima, la forra de Phoebe me había dejado totalmente sola haciéndolo. – Es para la semana que viene. Es de hibridación. Se supone que era en grupo pero la boluda con la que me tocó se borró! Dijo que no podía juntarse y que se yo... – Suspiré pesadamente sabiendo que cuando la volviera a ver la insultaría de arriba abajo por lo que había hecho.

Fruncí el seño levemente y miré a Dean. No recordaba haberlo visto entrar al departamento con nada que pudiera haberse olvidado, pero me encogí de hombros y busque en el bolsillo delantero de la pierna derecha de mis jeans las llaves. Se las tire y me acomodé el bolso en el hombro mientras le hablaba. – Después dejaselas al portero o... No se... Llamame para ver cuando me las devolves. – Miré mi reloj. En unos pocos minutos tenia que estar yéndome hacia la facu. Cuatro horas de química orgánica y la re p...!

Agarre rápidamente sus llaves, a ver si se arrepiente de prestármelas. La verdad la veía bien y contenta, esto era lo que ella quería. Por primera vez me plantee estudiar
algo, ir a la universidad a estudiar química o física, pero me seria imposible dejar mi vida de cazador. No me era fácil estar más de un par de días en el mismo lugar, sin tener problemas o querer salir corriendo de ahí. Ya había pasado casi media hora, así que Lil ya estaría por irse, así que decidí ir a hacerle mis regalos a Lil antes de irme – Bueno sis, creo que ya debes ir para la facu, así que yo también me marcho. Después te aviso como te devuelvo las llaves – le dije mientras me acercaba y la abrazaba. La iba a extrañar mucho, pero creo que lo mejor para todos era que me valla. Aunque podría probar vivir en un lugar, en una casa. Sonaba algo incompatible conmigo, pero era una idea que me atraía. No podía negar que me gustaba la idea de vivir en un lugar y tener tus amigos y formar tu familia, pero con mi desgracia era algo muy utópico para mí. La abrace fuerte, y le di un beso en su mejilla – Eres la mejor hermana que podría tener, aunque me hagas la vida imposible – No quería hacerla sentir mal por mi
partida, así que me di vuelta y me fui corriendo para evitar verla llorar o algo similar, porque me partiría el alma.

Una vez llegue a su departamento, me puse a revisar su trabajo practico. Era algo sencillo, era sobre que es y como se explica la hibridación. La verdad me fascinaba ese tema, es hermosa la química orgánica. Sin poder evitarlo, tome sus apuntes y sus
hojas y me puse a hacer el trabajo “… estudiando como se une y reacciona el carbono, se vio que el metano (CH4) tiene unos ángulos entre los orbitales moleculares sigmas de 107º 28’, en vez de los 90º que debería tener normalmente. Analizando esto podemos plantear, un estado excitado otorgándole una cantidad de energía, donde uno de los electrones del orbital 2s pasa al orbital 2pz, lo que generaría una reorganización así C: 2s-1; 2pz-1; 2px-1; 2py-1. Luego se combinaban estos orbitales, para generar orbitales equienergeticos, lo que genera un nuevo tipo de orbital llamado sp…” Estuve cerca de dos horas haciendo este trabajo, pero no me di cuenta del tiempo. Cuando por fin lo termine, decidí ponerme a cocinarle algunas de sus comidas preferidas. Le cocine unos fideos con una salsa de espinaca, unos ravioles de espinaca y rabanitos, un risoto de arroz, unas tartas de choclo, capresa y de zapallitos, ensaladas de varios tipos, pizzas de muzzarela, con anana y palmitos. Cuando vi la hora, hacia cerca de 4 horas que estaba en casa de Lil, así que decidí irme y llamar a Sally.

Seguimos caminando, hablando de nada importante en realidad, hasta que Dean me recordó que ya era hora de irme. Miré mi reloj y suspire pesadamente. No tenia ganas de ir! Ya terminaba la semana y estas últimas horas de química organiza eran de lo peor.
Asentí con la cabeza y le sonreí. Correspondí a su abrazo cerrando los ojos por unos segundos. Bueno, si, lo iba a extrañar... – Si te encanta que te maltrate. – Le dije sonriendo y antes de separarme, le estampe un beso en la mejilla y lo despeine un poco.
Vi como se alejaba de mí y cuando ya casi lo había perdido de vista, empecé a caminar hacia mi moto para irme a la facu.

Al volver al departamento, le pedí las llaves al portero. Dean me había dicho que se las había dejado a él. Cuando entre a mi casa, tire el bolso sobre el sillón y sin prender la luz ni nada, fui hacia la cocina a agarrar algo de la heladera para comer. Cuando entre, vi un montón de comida recién hecha y sonreí ampliamente al imaginar que ese había sido Dean. – Es un divino. – Murmuré para mi misma mientras agarraba una de las fuentes para ponerme a comer. Agarré los ravioles y me serví en un plato.

Me senté sobre la mesada y corte un raviol con el tenedor. Al hacerlo, vi que eran de algo raro. Algo con un color medio rosado. Suspire pesadamente entrecerrando un poco los ojos. - Lo voy a matar. - Pensé para mi misma al imaginar que eso podía llegar a ser carne. Deje el plato a un costado y me fui hacia la pieza para tirarme en la cama. Seguramente mas tarde terminaría llamando a alguien para salir. Era viernes, había tenido una semana difícil en la facultad y lo que necesitaba ahora era unos tragos y buena música.