La Gran Reunion Familiar (Victoria, Lilith y Dean)

Estaba en mi departamento sentada a la mesa, con todos los libros de química esparcidos en ella. El muy maldito del profesor nos había mandado a hacer un trabajo en grupo larguísimo para la semana que viene, y encima de todo, la muy maldita de mi compañera me había encajado la parte más difícil. – Maldita Phoebe...- Murmure antes de soltar un suspiro pesado. Tome uno de los libros y lo deje al lado del cuaderno para poder leer mientras anotaba lo que me servia. Frunci notoriamente el seño mientras pasaba la mirada una y otra vez por las palabras de aquel libro...

”El átomo de carbono tiene seis electrones: dos se ubican en el orbital 1s (1s²), dos en el 2s (2s²) y los restantes dos en el orbital 2p (2p²). Debido a su orientación en el plano tridimensional el orbital 2p tiene capacidad para ubicar 6 electrones: 2 en el eje de las x, dos en el eje de las y y dos electrones en el eje de las z. Los dos últimos electrones del carbono se ubicarían uno en el 2px, el otro en el 2py y el orbital 2pz permanece vacío (2px¹ 2py¹). El esquema de lo anterior es (cada flecha un electrón)...”

Empujé el libro y el cuaderno hacia el centro de la mesa. Me recosté en el respaldo y lleve las manos a mi cabeza mientras cerraba los ojos y soltaba un suspiro pesado. Ya estaba cansada de hacer ese bendito trabajo y no servia de nada seguir leyendo, ya que mis neuronas habían expirado horas atrás.

Me pasé de pie y camine hasta la cocina. Prendí hornalla para poner el café a hacerse. Era mejor descansar un rato, distraerme, y después seguir. Cuando se hizo el café me serví en una taza y camine al sillón para tirarme en él. Agarré el control del equipo de música y lo prendí, poniendo la música de uno de los cd’s de los Guns’n’Roses que había estado escuchando la ultima vez. Mientras disfrutaba de mi rico café y tarareaba Sweet child of mine, el timbre sonó. Me puse de pie, con la taza en mi mano derecha y abrí la puerta para encontrarme con papá y mamá del otro lado. Una sonrisa enorme se dibujo en mi rostro y dejando la taza a un costado salté sobre papá para abrazarlo con fuerza... – Papí!!!! – Lo estruje un poco apretando los ojos y manteniendo mi sonrisa alegre. Lo solté y di un paso al costado para dejarlo pasar. Abrace a mamá y le di un beso en la mejilla antes de dejarla pasar a ella tambien. – ¿Qué hacen acá? ¡Los extrañé! –

Abrí los ojos bien grande arqueando mis cejas al ver que me habían traído regalos. Cerré la puerta tras de mi y agarre las bolsas que me daban mamá y papá. Una de las bolsas tenia un par de cd’s, uno de los guns y otro de Kapanga, y un libro de química. En la otra bolsa había una remera floreada hermosa. Mordí mi labio inferior y levante la mirada hacia ellos. Dejé las cosas en la mesa y me estiré para poder abrazarlos a los dos juntos con algo de fuerza. –Gracias! Me encanta!! – Le di un beso en la mejilla a cada uno mientras caminaba hacia mi cuarto mirando la remera. Dejé todo en mi cuarto y volvi al living para hablar con mis papas. Que hacen acá? Que linda sorpresa. – Dije acercándome a papá para abrazarlo por la cintura...

Viajamos un buen rato en el auto para llegar a New Vermont. Me podía dar cuenta que Jake estaba súper contento por ir allí a visitar a Lilith. Ella era su nena consentida y me encantaba verlo con ella. Desde que había nacido la cuidaba y la mimaba demasiado. Eso era una de las cosas que mas me encantaban de Jake. Como era con su familia, conmigo, con Lilith y Dean. Si bien no me gustaba que le diera tantos permisos a Dean y que hiciera lo que Lilith quisiera, seguía siendo hermoso ver lo feliz que se ponía cuando estaba con ellos. Era un padre excelente, eso nadie se lo podía discutir.

Le dedique una sonrisa cariñosa cuando llegamos por fin a la universidad de Lilith. Jake dio la vuelta al auto luego de estacionar para abrirme la puerta. Correspondí a su beso y al abrazo y caminé junto con el hacia el baúl para agarrar los regalos que le habíamos traído a nuestros hijos. – No, te espero amor... Así la sorprendemos los dos juntos. – Dije encogiéndome de hombros sonriéndole levemente.

Tomé la mano libre de Jake y juntos caminamos hacia los departamentos de la facultad. Una vez allí, le preguntamos al portero donde se encontraba nuestra hija y luego de que nos respondieran – en realidad a mi, porque no podía dejar de mirarme- Fuimos al ascensor para dirigirnos al piso de nuestra hija.
Cuando llegamos al departamento de Lilith, mire a Jake con una sonrisa y toque el timbre para que nos abriera. Solté la mano de Jake para dejarlo abrazar a su nena. Los mire con una sonrisa amplia y esperé a que me saludara a mi también. – Como estas Lilith? – Le dije mientras la abrazaba con algo de fuerza, manteniendo los ojos cerrados. Hacia muchísimo que no la veíamos y la verdad que la extrañaba bastante.

Entramos a su departamento y pude notar que estaba haciendo cosas para la facultad, ya que tenia la mesa llena de libros y cosas. Sonreí levemente al sentirme orgullosa de ella. Era súper responsable e inteligente, qué madre no podía sentir orgullo de una nena como ella? – Te trajimos regalos.- Dije estirándole la bolsa que tenia en la mano. Sonreí un poco más al ver que le habían gustado los regalos y correspondí al abrazo grupal. Ella se fue al cuarto para dejar las cosas y yo le robe un beso a Jake mientras emperrábamos que volviera...
- Nada, teníamos ganas de visitarte. Estabas muy ocupada?- Lilith negó con la cabeza mientras acomodaba las cosas de la mesa...

Negué levemente con la cabeza y me encogí de hombros despreocupada al escuchar la pregunta de mamá. Estaba un poquito ocupada con ese maldito trabajo pero que mas daba? Mamá y Papá no me visitaban todos los días. Ese trabajo podía esperar – O lo puede hacer la idiota de Phoebe...- Pensé para mi misma mientras empezaba a recoger los libros de la mesa y le hablaba a mamá... – No, me dieron un poco de tarea, pero nada importante...- Me apoyé sobre la mesa una vez que terminé de acomodar y mire a mis papás con una sonrisa dibujada en mis labios. Escuche a papá que decía que estaban aburridos allá en Dallas y que no había nada mejor que venir a verme. Me mordí suavemente el labio inferior y correspondí a su abrazo. Besó mi frente y yo sonreí un poco más. Si bien no me gustaba que nadie me tratara como nena, amaba que papi si lo haga. Era el único que podía.

Fruncí levemente el seño cuando me pidió que los acompañara al auto para consultarme algo del auto. Sin entender nada, me encogi de hombros y tomé las llaves del departamento para después poder volver a entrar. – Vamos...- Salimos del departamento y bajamos, yo abrazada de papá y mamá a un lado. Papá nos hizo esperar a mi y a mamá a la vuelta de donde estaba el auto. Fruncí el seño una vez mas, sin saber que era lo que le pasaba a Jake. - Ma, papá esta bien? – Pregunte con una sonrisa divertida pero empezando a preocuparme. Mamá rió y me dijo que esperara que ya iba a ver. Solté un suspiro y me apoye contra la pared a esperar. – ¿Como anda la disquerías, ma? – Sonreí al escuchar que todo andaba bien por allá. Era inevitable que les fuera bien en la disquerías, más si mama atendía el local. Estaba segura de que seguía lleno de hombres que iba “a comprar libros” como cuando yo vivía con ellos.

Me acerque a mamá y rodeando su cuello la abrace cerrando los ojos. – Te extrañe, ma! – Le dije mientras apoyaba mi mejilla en su hombro. Escuché una bocina sonar cerca de nosotras y me separé de mamá. Cuando lo hice, vi que papá había traído una moto color azul, hermosa.

Abrí bien grande la boca, sin poder dejar de sonreír de la emoción y mire a papá arqueando ambas cejas. – Es para mi?!- Pregunté llevando ambas manos a mi pecho e intercalando la mirada entre ambos dos. Corrí hasta papá y me colgué de él abrazándolo con mucha fuerza y apretando los ojos. – Gracias, gracias, gracias...- Le encajé un beso en la mejilla y después camine hasta mamá para hacer lo mismo.

Camine hasta la moto y me puse a observarla, pasando mi mano por cada parte de la moto. Era hermosa, era la que siempre había querido y ese color celeste le quedaba perfecto. Me subí arriba de la moto y seguí mirándola, toda emocionada. Me acosté sobre ella y la abrace. Desde ese ángulo, mire a mamá... - Gracias, mami. – Sabia que a ella no le gustaba ni un poco la idea de que yo tuviera una moto. Creía que eran peligrosas para una chica de dieciocho años, por eso le agradecía a ella también por haber dejado que pa me la comprara. Me incorporé para quedar sentada y con una gran sonrisa les hable... – Son los mejores! Dije antes de volver a ver mi nueva moto. No podía esperar a ir mañana a la universidad con ella. O a comprar café, o a buscar un libro, a donde sea...

Rei por lo bajo, negando levemente con la cabeza al escuchar la forma “sutil” en que le hablaba a Lilith de la moto nueva que le había comprado. Me puse de pie y camine con ellos hacia afuera del edificio. Seguimos un par de cuadras más hasta que Jake nos hizo esperar a la vuelta de donde habíamos dejado el auto. Mire a mi hija y sonreí levemente pensando en lo feliz que se iba a poner cuando supiera que se trataba de un regalo para ella, y que regalo!

Reí entre dientes al oir la pregunta de Lilith. Negué levemente con la cabeza y le conteste haciéndome la interesante. – No le pasa nada... Vos espera, ya vas a ver... – Lilith se apoyo contra la pared y yo permanecí unos segundos mirándola. Estaba enorme. Unos cuantos meses sin vernos y a ella se le ocurría crecer tanto. Además, estaba mas hermosa que cuando se había ido.

Asentí con la cabeza ante su pregunta sobre la disquerías. – Esta todo bien... Va bastante gente... – Dije antes de encogerme de hombros. Lilith se acerco a mí y me dio un abrazo al que correspondí. Era demasiado tierna cuando estaba con nosotros.
Una bocina sonó detrás de nosotras y solté a Lilith dibujando una sonrisa en mi rostro. Ella se quedo sin habla y tenia un gesto de incredulidad y sorpresa en su rostro. Corrió a abrazar a su padre y yo reí por lo bajo mientras la veía toda emocionada agradeciendo. Deje que besara mi sonrisa antes de subirse a su moto y volví a reír, esta vez un poco mas fuerte cuando la abrazo. Ella me agradeció y yo simplemente solté un suspiro. Odiaba pensar que ni hija andaría por la vida en una moto como esa pero no había nada que podía hacerle. Ella ya era mayor de edad, sabia conducir y su padre me había insistido desde que Lilith lo menciono, para comprarle una. Ya había llegado el punto en que me había quedado sin negativas, por eso acepte.

Me acerqué a ella cuando dijo que éramos los mejores y la abrace, emocionándome por escucharla decir eso. Era hermoso cuando un hijo te decía esas cosas. Mas un hijo que no veíamos hacia rato.

Estaba observando felizmente mi moto nueva cuando escuche una voz muy conocida gritándome. Gire la cabeza para encontrarme con Dean detrás de mí. Sonreí a medias y me baje de la moto mientras le hablaba. – Abrazarte a vos? Ni loca! – Reí entre dientes al ver el gesto de mamá y camine a darle un abrazo con algo de fuerza a Dean. Por más de que no lo demostrara y de que nos pasáramos todo el tiempo peleando, nos queríamos muchísimo. El era mi hermano mayor, no podía no quererlo, sobre todo cuando me defendía de la gente que me trataba mal. Aunque amaba hacerlo sufrir y molestarlo, siempre me preocupaba por el cuando me contaba lo que le pasaba y trataba de darle el mejor consejo que pudiera para hacerlo sentir un poco mejor. – Yo también te extrañe tontito.-

Asentí con la cabeza a lo que me decía y me separé de él dejando que vaya a saludar a papá y por sobretodo a mamá. Sabia que él era el consentido de mamá, pero eso no me molestaba. Tenía bien en claro que mamá nos amaba a los dos por igual, pero para ella, Dean tenía una cosita especial, por ser su “nene”, como ella lo llamaba.

Volví a mi moto y me apoye en ella mientras se saludaban entre todos. Cuando dejaron los abrazos y los besos de un lado, mire a Dean con una sonrisa enorme y le hable... – Viste lo que me regalaron mami y papi? – Me separe de la moto y gire para verla, dándole espacio a Dean para que también la observara... – Es mas linda que esa cosa mugrienta que llamas auto...- Dije dibujando en mi rostro un gesto de asco fingido. Sabía que odiaba que hablara mal de su Impala y mucho más que se lo usara, por eso era uno de los temas recurrentes cada vez que lo quería molestar.

Suspiré pesadamente al escuchar a papá llamándome la atención y volví a mirar a Dean con un gesto desafiante. Odiaba que Dean me ganara solo porque mamá y papá estaban ahí. Alterne mi mirada entre los tres y hable con una sonrisa en la cara... – Vamos a dentro? Así este tontito conoce mi departamento...- Dije mientras pasaba uno de mis brazos por sobre los hombros de Dean para poder acercarlo a mi y frotar su cabeza con fuerza. Lo solté rápidamente y corrí unos metros alejándome de él para que no me haga nada, aunque sabia que no lo haría.
Volví hasta mi moto y empujándola la lleve hasta el edificio. La deje en la puerta y subí con toda mi familia hasta mi departamento. Una vez arriba, camine hasta la cocina para poner a hacer más café...

Solté a Lili apenas escuche la voz grave de mi hijo. Una sonrisa de oreja a oreja se formo en mi rostro. Estaba enorme, hecho todo un hombre y mucho mas lindo que la última vez que lo había visto. Mire a Lilith frunciendo el seño algo enojada. No me gustaba que tratara así al tierno de su hermano que lo único que hacia era cuidarla y protegerla.

Relaje mi rostro cuando ella se acerco a abrazarlo. Miré a Jake y le dedique una leve sonrisa agradeciéndole por haber aceptado venir a este viaje. A penas Lilith y Dean se separaron, me acerque a él para abrazarlo con mucha fuerza. – No me mires feo…- Le dije sin soltarlo y bese su mejilla antes de agregar... – Te extrañe muchísimo mi vida! – Apreté con fuerza los ojos todavía rodeándolo con mis brazos y sonreí al escucharlo halagarme. Me encantaba que me dijera esas cosas, tanto él, como Jake, o cualquier otra persona.
Lo solté sin muchas ganas y dejé que vaya a saludar a su papá. Mi nene estaba tan hermoso!. Mordí suavemente mi labio inferior al ver a mis dos hombres abrazados. Reí por lo bajo ante el comentario de Lilith. Sabía que ellos dos odiaban que hablaran mal del Impala, al igual que se lo toquen.

Asentí con la cabeza ante lo que Dean decía. Era linda la moto, si, pero no para mi hijita pequeña. Suspire algo frustrada, esto ya lo habíamos hablado bastante con Jake y ya no había otra mas que resignarme.
Lilith propuso de volver a su departamento, y los cuatro nos dirigimos a éste. Una vez arriba, me senté en el sillón, mientras mis dos hijos hablaban en la cocina. Abracé a Dean con una leve sonrisa cuando se vino a sentar cerca de mí. - Por donde anduviste, Dean? No podías pasarte alguna vez por casa no?- Si bien lo estaba diciendo en tono de broma, lo decía baste en serio. Era cazador y entendía que tenia que estar viajando de acá para allá todo el día y que no tuviera tiempo para hacer casi nada, pero era su mamá, tenia la obligación de venir a visitarme.

Bese su mejilla y seguí abrazado a él. Probablemente en un rato Dean se cansara de que le estuviera encima pero no me importaba. Habían pasado dos años desde la última vez que lo había visto. – Alguna chica a la que le tengas que avisar de mi? – Le dije sabiendo que el entendía a lo que me refería. Odiaba con toda el alma que se le acercaran a mi hijo. No porque creyera que lo iban a corromper o algo parecido, sino porque no quería que nadie lo lastimara emocionalmente. Además de que ninguna mujer era merecedora de mi nene...

Dean vino a buscarme a la cocina y me pidió si podíamos tomar unos mates en vez de café. Busque dentro de la alacena las cosas para prepararlo y el mate que me había regalado papá una vez que se habían ido de vacaciones con Victoria por ahí.
Mientras armaba el mate Le respondí a Dean, luego de suspirar pesadamente. –Me vendría bien algo de ayuda. Se suponía que era un trabajo en grupo y la muy maldita me dejo sola. – Dije frunciendo el seño, todavía enojada con Phoebe. A penas la volviera a ver iba a escucharme!

Dean volvió al living y yo me quede esperando a que el agua terminara de calentarse. Cundo todo estuvo listo volví con mi familia y me senté a la mesa dejando todo sobre esta. – Yo escuche de una tal Elizabeth también...- Dije mientras miraba a Dean con una sonrisa amplia, mientras me servia un mate. Sabíamos los dos muy bien que a mamá no le gustaba que le dijéramos ese tipo de cosas, por eso nos divertía tanto ver su expresión.

Reí por lo bajo al escuchar como papá intentaba salvar la situación con un chiste sobre el impala luego de haber desafiado a mamá. Era muy gracioso verlos a ellos dos cuando hablaban de Dean. Mamá quejándose por cosas que Dean hacia que a ella no le gustaban por ser muy sobre protectora y papá atrás tratando de que Victoria cambiara de opinión, defendiendo los derechos de su hijo.

Solté un pequeño suspiro mientras los miraba en silencio, mordiendo levemente mi labio inferior. Como extrañaba esto! Los extrañaba a todos y a cada uno de ellos. Después de tomar mi mate, corrí hacia el sillón y me tire encima de los tres. Recostada sobre las piernas de ellos, estire mis brazos para que me abrazaran, sonriendo ampliamente. – Los extrañe a todos!- Me incorpore quedando sentada en las piernas de mamá y me estire para darle un beso en la mejilla a papá.

Mire a Jake frunciendo el seño dejando notar que no me había gustado para nada su comentario. Era mi hijo y tenia el derecho a preguntarle todo lo que se me cantara preguntar. Amaba a Jake, pero me daban ganas de irme bien lejos cada vez que me hablaba así. – Callate...- Murmuré manteniendo el seño fruncido. Volví a mirar a Dean esperando su respuesta, ignorando totalmente la broma de Jake. Estaba enojada y no iba a serle tan fácil.

Solté a Dean al escuchar lo que me decía y lo mire fijamente con un gesto total de incredulidad. Esperaba que estuviera mintiendo, que solo lo estuviera diciendo para hacerme pasar mala sangre y no era en serio. Abrí la boca al oír a Lilith diciendo el nombre de otra más. Sentí un nudo en el estomago y tuve que respirar profundamente antes de salir corriendo a matar a todas las que habían nombrado. - ¡¡ No es gracioso Dean!!- Le di un zape a Dean, no muy fuerte ya que después de todo seguía siendo mi hijo. Estaba a punto de levantarme e irme a otro lado, pero Lilith se tiro sobre nosotros para abrazarnos. Suspire pesadamente tranquilizándome un poco y correspondí al abrazo grupal. Ella se sentó en mis piernas y pase un brazo por su cintura mientras Dean la abrazaba y la despeinaba. Me hice hacia atrás para no recibir ningún golpe de Lilith y la solté para que dejar que se levantara. Dean me abrazo con fuerza, pero yo todavía seguía enojada como para volver a estar como antes.

- Yo también, pero odio que me hagas sufrir así. – Dije soltándolo y poniéndome de pie para ir a la mesa donde estaba Lilith tomando mates. Seguramente en un rato volvería a estar encima de Dean mimándolo, pero ahora estaba bastante enojada con él. Podía entender que no estuviera del todo bien que lo controlara tan así, pero no me lo perdonaría nunca si alo le llegara a pasar a mi bebe sólo porque yo no estaba con él cuidándolo.
Agarré el mate que Lilith me pasaba y lo tome mientras me mantenía callada ofendida con Jake y Dean.

Jake se acerco a mí para abrazarme y yo mire hacia otro lado, todavía mal por lo que había pasado. Me ponía mal que me dijeran esas cosas cuando lo único que yo quería era cuidarlos y que estuvieran bien. Dejé que me besara todavía haciéndome la enojada. La verdad era que se me estaba pasando bastante ahora que Jake estaba así conmigo, pero no se lo iba a demostrar. Primero que sufriera un poco al igual que yo y recién ahí lo perdonaría.

Jake me susurro al oído unas disculpas y me ofreció de ir a comprarle algo a nuestro hijo. Si bien lo amaba y me encantaba regalarle cosas, ahora no se las merecía. No después de haber tratado así a su propia madre.
Aun así, el amor que le tenía a mi nene era mucho mayor, por eso acepte ir de compras. Asentí con la cabeza y gire un poco para poder besar a Jake. Apoye mi frente en su hombro y cerré por unos instantes los ojos. Por mas que quisiera no podía estar ofendida con él. Habían pasado veinte años desde que estaba con él y a pesar de todo, lo seguía amando igual que el primer día que lo vi.

Me separé de él y suspirando pesadamente les hable a Dean y a Lilith – Papá y yo vamos a dar una vuelta. – Dije mientras me ponía de pie y caminaba hacia la puerta. – En un rato volvemos, así hablan tranquilos. – Les comenté mientras me ponía la campera y abría la puerta. Caminé hasta el ascensor junto con Jake y una vez en el lobby, le dedique una tierna sonrisa al portero. Sabia que a Jake le molestaba que otros me miraran por eso lo hice. Lo amaba y todo pero de alguna forma me las iba a retribuir.
Sonriendo divertida, agarre a Jake del brazo y tire de él con bastante fuerza para que no vaya a matar al encargado del edificio que, por ser la hija de Afrodita, no podía dejar de mirarme algo enamorado.
Enganché su brazo con el mío mientras me reía por lo bajo y empezábamos a caminar hacia el auto, sintiéndome totalmente realizada con mi pequeña venganza.

Arquee una ceja al escuchar que Dean se quedaría en casa conmigo un par de días. Ok, lo amaba y todo, era mi hermano mayor pero, ¡Por que cuernos tenia que quedarse en mi casa!.
Suspire pesadamente poniendo los ojos en blanco sabiendo que no me convenía hacer ningún comentario. Aunque mamá ahora estaba ofendida con Dean, sabía que más tarde me lo iba a recriminar. Él me abrazo con fuerza y yo trate de separarlo de mi cuando empezó a despeinarme. Odiaba con todo mí ser que hiciera eso. No sólo era molesto sino que también arruinaba mi imagen. – Dean!! – Quise pegarle cuando me soltó, pero el muy desgraciado se fue a sentar junto a mamá para abrazarla.
Negué con la cabeza y seguí preparando los mates. Cuando mamá se vino a sentar al lado mío, le serví uno y se lo pase. Pateé a Dean por debajo de la mesa vengándome por la despeinada de hacia unos segundos. Le saqué la lengua mientras mamá y papá estaban a un lado hablando en voz baja.
Agarré el mate que me devolvía mamá y lo volví a llenar para pasárselo a Dean... Creo que esta medio frío...- Dije, sonando totalmente convincente pero siendo conciente de que el agua casi hervía y estaba demasiado caliente. Empecé a reírme sin poder parar cuando vi como se quemaba la lengua.

Deje de reírme y mire a mamá y a papá, pero sin borrar la sonrisa. Estaban diciéndonos que se iban a dar una vuelta. Asentí con la cabeza y los salude antes de que se fueran.
Cuando salieron me levante para buscar un vaso de agua fría y echárselo a la pava para que se enfriara un poco el agua. Volví a sentarme mientras servia un nuevo mate y le hablaba a Dean – Bien? De que querías hablar?- Dije antes de llevarme el mate a la boca para darle un sorbo.

Cuando vi que acepto mi sugerencia me sentí contento, salir y hablar le iba a hacer bien aparte si tenia que desahogarse, era mejor que lo haga conmigo que con los
chicos. Me dolía mucho pensar que Vic estaba mal y por algo que yo había hecho.
Pensé en lo que podía hacer para hacerla sentir mejor, durante el paseo le compraría
unas bellas rosas de su color preferido, el rosa. También podría comprar un perfume, me había comentado que quería comprarse un nuevo perfume que había salido llamado Ricci Ricci, mientras no me prestara atención podía comprarlo para regalárselo.

Salí de mis pensamientos cuando la vi ya lista en la puerta. Durante el recorrido hasta el ascensor y durante el viaje en este tome la mano de Victoria y le di varios besos. Ella era sin dudas con la mujer que quería estar, no podría cambiarla por nadie ni nada. Podía tener miles de defectos, pero no importaban porque simplemente la amaba y nada podía superar eso. Cuando salimos del ascensor le sonrío al portero y este le devolvió la sonrisa, mirándola sin disimular. Casi desenfundo mis dos queridas Apófasis y Sotiría en ese momento y me lanzo sobre el. Fue un segundo por el cual no tome mis anillos y ataque a ese portero. No podía creer la actitud del portero, después de recordarle dos veces que no mirara a una mujer casa y encima no solo la miraba, sino que también era capaz de devolverle una sonrisa. Sino hubiera sido porque Victoria tiro fuerte de su brazo y lo alejo, no podría haber resistido su impulso de matar al portero. Mientras salíamos pude ver que Victoria se iba riendo y comprendí que estaba sucediendo, se estaba vengando de mí por medio del portero. Ella más que nadie sabía lo celoso que era, y lo mucho que me molestaba que la mirasen. – Muy linda tu venganza amor – dije con un tono resentido mientras la agarraba y la acercaba hacia mí para darle un beso apasionado. Así este con ganas de matarla por jugar así con el portero, sencillamente la amaba y no podía ocultarlo

A penas mamá y papá se fueron, Dean empezó a contarme todo lo que le pasaba. Cambie el gesto en mi rostro al ver que estaba peor de lo que pensaba. Si bien amaba molestarlo y generalmente lo hacia sufrir, odiaba verlo así de mal. Aunque no era capas de decirlo, me rompía el corazón.
Dean apoyo su cabeza en la mesa y yo solté un suspiro pesado antes de arrimar la silla a él para acariciar su cabeza. – Dean, sos chico todavía, tenés 19 años... Ya vas a encontrar a alguien que te ame y vas a formar una familia. – Tomé el brazo de Dean e hice que se incorporara para así poder abrazarlo. Llevé una de mis manos a su cabeza para acariciar su pelo mientras seguía hablándole. – Tenés toda una vida por delante...- Lo separé de mi y me apoye sobre mis antebrazos en la mesa mientras seguía hablándole, mirándolo a los ojos. – Sabes lo que siento con respecto a la cacería. Si fuera por mi te diría que lo dejes y vivas una vida normal, pero se que eso es lo que a vos te apasiona. Yo lo que haría en tu lugar seria salir a disfrutar de la vida, hacer lo que me gusta, conociendo chicas en el camino y bueh... Tal vez un día conozcas a la indicada...- Me encogí de hombros y le dedique una leve sonrisa a mi hermano para tratar de tranquilizarlo. – Sino mira a mamá y a papá... Ellos dos se conocieron en una cacería y ahora se aman, y tuvieron a dos angelitos de hijos. Sobre todo yo. – Dije incorporándome y exagerando una sonrisa. Reí por lo bajo al ver el gesto de Dean y le devolví una mueca, aceptando aquello. Yo no era ningún angelito, bueno, más que con papá. Agarré el mate y cebé uno para dárselo a Dean, mientras agregaba... – Te estas planteando cosas que no tendrías ni que pensar hasta de por lo menos cinco años hermanito. Viví la vida, se feliz y cuando encuentres a la indicada, y si mama no te la espanta o la mata, enamorate, forma una familia, compra una casa... – Volví a encogerme de hombros mientras volvía a llenar el mate ahora para poder tomar yo. Le di un par de sorbos y lo comencé a girar entre mis manos sobre la mesa mirándolo. – Igual sabes que este siempre va a estar disponible para ser tu hogar...- Me encogí de hombros sintiéndome bastante apenada por decirle eso. Era una estupidez ocultar lo que sentía por mi hermano, pero así era yo, y si alguien llegaba a preguntármelo, lo negaría hasta la muerte.

Reí por lo bajo al imaginarme a mamá atrincherada abrazando a Dean diciendo “Mi nene no se va a ningún lado!”. Me refregué los ojos con la yema de los dedos tratando de borrarme esa imagen de la cabeza y ponerme seria para seguir hablando con mi hermano.
Le dedique una sonrisa a mi bro. Seria lindo pasar unos días con él. Si había algo que extrañaba de vivir con mi familia era poder molestar a mi hermano todo el tiempo, no solo con bromas y juegos de manos, sino también extrañaba hacer que se ponga celoso y me sobre protegiera con los chicos que se me acercaban.
Correspondí a su abrazo y lo apreté un poco. Gire la cabeza apenas para poder hablarle al oído...- Van a ser los peores días de tu vida, lo sabias? – Le dije mostrándole una sonrisa algo cínica. Bese su mejilla y me separé de el frotando su cabeza, intentando despeinar su pelo. Aunque esa maraña de pelos era indespeinable. Sonreí un poco más y me tomé un último mate. La yerba ya se había lavado y estaban algo feos ya.
Me levante para caminar a la cocina junto con la pava y el mate en la mano. – ¿Querés seguir tomando, hermanito? – Le grité desde la cocina mientras lavaba el mate y ponía el agua nuevamente al fuego. Mientras esperaba a que se hicieran pensé en que mas allá de lo que le pudiera decir ahora a Dean, yo me parecía un poco a mamá. Nunca me terminaban de caer bien las chicas con las que él estaba y siempre estaba esperando a que pisaran el palito para decirle “¡Yo te lo dije!”.
Suspiré pesadamente y volví al living hablándole a mi hermanito. - Hay un problema, Dean... Vas a tener que dormir en el piso del living. Te puedo tirar una mantita como a los perros...- Dije volviendo a sentarme a la mesa. Aquel departamento tenía dos habitaciones. Una que era el cuarto donde yo dormía, y otra más pequeña, pero ésta estaba totalmente oscurecida, ya que era mi pequeño cuarto oscuro para revelar las fotos que sacaba. Y ni loca lo desarmaba. Además no tenia nada como para armar un cuarto decente. Probablemente el sillón estaría bien para unos días. Yo casi siempre que llegaba cansada de la universidad, me tiraba a mirar tele ahí y me quedaba dormida. – Sino después te puedo ir a comprar una cuchita para que duermas más a gusto. – Le comenté antes de empezar a reír por lo bajo. Por favor! Como me encantaba cargarlo. - Hablando en serio...- Dije sirviendo nuevamente el mate y deslizándoselo por sobre la mesa para que lo tomara... – El sentido de tu vida ahora es ayudar a las personas que ayudas haciendo lo que haces... – Suspire pesadamente apoyándome en uno de mis antebrazos sobre la mesa. Si bien no me gustaba la cacería y odiaba saber que mi hermano estaba de pueblo en pueblo matando seres vivientes, entendía que a veces no había otra forma de pararlos, para que dejaran de lastimar gente. – Creo que si te aferras a esa idea ahora, vas a estar bien...- Lleve una de mis manos a su brazo y lo tomé con suavidad para que me mirara a los ojos. - Y después... Ya te dije. Ya vas a encontrar a la mujer de tus sueños. - Me puse de pie y me acerque a él para abrazarlo por la espalda. – Además... Como dice mamá, sos el hermanito más lindo del mundo. – Lo estrujé con toda mi fuerza, apretando los ojos y le estampé un beso en la mejilla antes de caminar hacia donde estaba el equipo de música para poner uno de los CDS nuevos que me habían regalado mamá y papá...


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Muajaja! Indicios de que despues vas a sufrir como el peor!

Apreté los labios encogiéndome de hombros, al ver que Dean estaba todavía muy pensativo. Ya no sabia que decirle. Entendía que no sintiera ganas de cazar en esos momentos, estando así de angustiado. Igual estaba segura que esto solo duraría unos días. Dentro de poco volvería a ser el mismo Dean cazador haciéndose el duro.

Fruncí levemente el seño al escuchar que mi hermano había conocido a una tal Sally. Si bien yo no era como mamá y no saldría corriendo a buscarla y acuchillarla ochenta veces; tampoco me gustaba mucho la idea de que mi hermano estuviera con una mujer. Todas me generaban desconfianza, sean las mejores personas del mundo o no. Pensar en lo que le podrían llegar a hacer era algo que me prohibía llegar a aceptar a las novias de Dean.

Me acerque a él arqueando mis cejas totalmente incrédula por lo que acababa de escuchar. – Pará... ¿Dejaste subir a su perro al Impala? – Dije sin poder creer lo que escuchaba. Él nunca me había dejado subir a ninguna de mis mascotas a su bendito auto y a esta “Sally” si la dejaba?. Ok, esa mina me acababa de caer excesivamente mal. ¿Quién era para subir a su perro en el auto de mi hermano? - ¡¿La dejaste subir a un perro a tu Impala?! ¡En la vida me dejaste llevar a Frankie en tu auto! Ni siquiera llevaste a Bobby al veterinario cuando se estaba muriendo! ¡¡¿Tuve que ir cargándolo como 40 cuadras porque vos no me querías llevar, y dejas que el perro de esa se suba a tu auto?!! – Dije totalmente indignada. Mi perro se había muerto en el camino porque el no me quiso llevar y a esta la dejaba subir a su perro tranquilamente. No podía ser que esa tuviera mas privilegios que su propia hermana.

Respire profundamente intentando no matarlo. Encima si le decía esto a mamá, ella los mataría a ambos y papá tal vez le quitara el Impala. – Agradece que no le voy a contar a papá, pero todo mal con vos ahora, lo sabes no? – Le dije señalándolo y frunciendo notoriamente el seño, dejando ver lo muy enojada que estaba.